
El pasado fin de semana, Estados Unidos realizó un ataque en Irán, atacando tres instalaciones nucleares, en un movimiento que podría desencadenar una escalada en la región y afectar los mercados globales de energía. La acción, que fue anunciada por el presidente Donald Trump, marca una participación directa de EE. UU. en el conflicto entre Israel e Irán, y ha generado incertidumbre en los inversores sobre posibles repercusiones económicas y geopolíticas.