Un amplio boicot contra Nestlé comienza esta semana, pidiendo a los consumidores que eviten una variedad de productos de la marca.

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El #boicot está programado para comenzar el 21 de marzo y finalizar el 28 de marzo. Se pide a los participantes que eviten #productos como el cereal Cheerios, los alimentos para mascotas Purina y Fancy Feast, los chocolates KitKat y la comida para bebés Cerelac.

Estos productos son solo una parte del extenso portafolio de Nestlé, que incluye cientos de marcas en diversas categorías.

Este movimiento de boicot se origina en un contexto más amplio de reacciones a la decisión de algunas empresas de reducir sus iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).

Tras comentarios del expresidente Donald Trump que instaban a eliminar políticas de #DEI a nivel federal, muchas compañías, incluida Nestlé, comenzaron a recortar sus propios programas de DEI.

Como respuesta, activistas y #consumidores han comenzado a organizar boicots contra estas empresas.

La dinámica de este boicot es diferente a la de los anteriores dirigidos a Amazon y Target, que pedían a los consumidores no comprar en esas tiendas.

En cambio, el boicot a #Nestlé se centra en evitar una serie de productos de su vasta gama. Esto significa que los consumidores deberán estar atentos a los productos que compran y evitar aquellos que están bajo el paraguas de Nestlé.

Nestlé

Nestlé, que tiene una historia que se remonta a 1866, ha sido objeto de controversias y críticas en varias ocasiones, no solo por sus políticas de DEI, sino también por cuestiones relacionadas con la sostenibilidad y la ética en la producción de alimentos.

Este boicot puede ser visto como una continuación de un patrón más amplio en el que los consumidores exigen a las empresas un mayor compromiso con la responsabilidad social y la inclusión.

Además del boicot a Nestlé, se han planeado futuros boicots contra otras compañías, como Walmart, McDonald's y General Mills, lo que sugiere que la movilización de los consumidores en torno a estas cuestiones está ganando impulso.

Los detalles del boicot de Nestlé han circulado en redes sociales, y se espera que muchos consumidores se unan a esta causa. Si bien el boicot a Nestlé se considera un esfuerzo colectivo, también refleja una creciente frustración con la falta de acción de las corporaciones en temas de justicia social.

A medida que el boicot se aproxima, es probable que se generen más conversaciones sobre el impacto de las decisiones empresariales en las comunidades y la importancia de la responsabilidad corporativa.