Un incidente en el US Open 2025 generó revuelo cuando un fotógrafo ingresó sin autorización a la cancha durante un punto decisivo, provocando la reacción violenta de Daniil Medvedev y una serie de polémicas que afectan la reciente historia del torneo.

El suceso ocurrió en el set decisivo entre el francés #Benjamin Bonzi y Daniil Medvedev, actual número 13 del ranking mundial y campeón del torneo en 2021.
Con Bonzi sirviendo para cerrar el partido, en un momento en que el francés se preparaba para hacer su segundo saque, un individuo ingresó rápidamente a la cancha.
Este incidente se convirtió en un episodio que ha sido comparado con episodios históricos de agresiones en eventos deportivos internacionales y que ha puesto en jaque la seguridad del torneo.
El protagonista de la escena fue Selcuk Acar, un fotógrafo que, según declaró, pudo justificar su ingreso afirmando que un oficial de seguridad le indicó que el partido se encontraba detenido.
Acar aseguró al portal británico Daily Mail que no tuvo intención de interrumpir el juego, y que su reputación se ha visto gravemente afectada por lo ocurrido.
En su relato, indicó que incluso regresó en dos ocasiones a la zona de seguridad antes de entrar a la cancha, y que no es un simple fotoperiodista, sino un profesional con vasta experiencia en eventos internacionales de alto nivel, incluyendo cumbres nucleares, visitas presidenciales y la cobertura del Mundial de fútbol.
La respuesta por parte de la organización fue contundente: la United States Tennis Association (USTA) confirmó que Acar fue advertido en varias oportunidades por el personal de seguridad, y que desoyó una orden directa del juez de silla, Greg Allensworth, de abandonar la cancha.
Por ello, se le revocó la acreditación y quedó impedido de seguir cubriendo el torneo. La situación generó un fuerte rechazo en la comunidad tenística, principalmente por la grave alteración del orden que provocó.
En medio del caos, Medvedev no pudo contener su furia y empezó a expresar su descontento frente a las cámaras. El ruso, que en 2021 conquistó el US Open y en 2023 fue finalista, estalló en una rabieta que quedó registrada en múltiples videos virales. En las imágenes, se le ve gritando, lanzando golpes a su raqueta y enfrentándose de manera agresiva a los oficiales del torneo. Su reacción fue calificada por expertos como un ejemplo de un colapso emocional público, y recibió duras críticas por parte de exjugadores y comentaristas.
Leyenda del #tenis alemán
Boris Becker, leyenda del tenis alemán, expresó en su cuenta de X (antes Twitter) que la escena de Medvedev fue “una muestra de colapso público” y sugirió que el jugador podría necesitar ayuda profesional.
Por su parte, Brad Gilbert, exentrenador y analista, afirmó que la caída emocional de Medvedev refleja problemas mayores, agravados por varias derrotas recientes en Grand Slams y una serie de comportamientos polémicos en la cancha, considerados por algunos como síntomas de un estado mental vulnerado.
El incidente no solo afectó a Medvedev, sino también a su oponente, Benjamin Bonzi. El francés, quien logró una victoria en cinco sets y avanzó en el torneo, declaró que el ambiente fue especialmente hostil y que la tensión le afectó.
“Nunca había experimentado algo similar. Había un ambiente muy salvaje. El ruido, las interrupciones, todo eso. Intenté mantenerme concentrado, pero fue muy difícil”, comentó.
Al final del encuentro, Bonzi expresó que dio lo mejor de sí mismo y que dejó el corazón en la cancha, a pesar del ambiente caótico. En contraste, Medvedev anticipó una multa sustancial por lo ocurrido, aunque también admitió que la experiencia le resultó “divertida”. “La gente hizo lo que quiso, sin que yo tuviera control. Sin embargo, esto refleja que necesito mejorar en muchas áreas, desde mi juego hasta mi manejo emocional”, afirmó.
Este episodio queda como uno de los momentos más polémicos en la historia reciente del US Open, un torneo que desde sus inicios ha sido escenario de grandes historias y dramas deportivos.
La edición de 2025, marcada por esta crisis, pone en duda la seguridad y el manejo del torneo, además de abrir un debate sobre la salud mental de los jugadores y las medidas disciplinarias en el circuito.