El conflicto en San Lorenzo continúa intensificándose, con enfrentamientos internos entre el presidente Marcelo Moretti y la dirigencia opositora, centrados en la legalidad de su retorno y el control del club.

Imagen relacionada de tensiones en san lorenzo la disputa legal y administrativa por el liderazgo del club

Todo comenzó cuando Moretti, quien regresó oficialmente de su licencia, intentó retomar sus funciones como presidente, generando una serie de interpretaciones y enfrentamientos legales sobre la validez de su regreso.

Moretti se apostó en el palco oficial del Nuevo Gasómetro, que ha convertido en su nueva oficina, mientras que la mayoría de los miembros de la Comisión Directiva (CD) mantiene cierta resistencia a reconocer su autoridad total.

La raíz del conflicto está en la interpretación del #artículo 62 del Estatuto del club

La raíz del conflicto está en la interpretación del artículo 62 del Estatuto del club, especialmente en su inciso 'd', que establece que la CD puede conceder licencias y permisos, pero no especifica que puedan ser levantadas de manera unidireccional sin pasar por un trámite formal.

Por un lado, el presidente sostiene que, tras enviar una carta y un correo electrónico notificando su regreso el pasado 20 de agosto, automáticamente retomó su cargo, ya que la licencia por tiempo indeterminado que le fue concedida aún no tiene un proceso de levantamiento aprobado por la misma Comisión.

Argumenta que, conforme a su interpretación del estatuto, su función como presidente en funciones permanece vigente.

En respuesta, los sectores opositores y algunos abogados especializados en derecho deportivo explican que, en caso de haber otorgado una licencia sin plazo definido, ésta requiere ser levantada mediante una resolución formal de la misma Comisión.

De no hacerlo, consideran que el regreso de Moretti no es válido y que todos los movimientos y decisiones llevados a cabo desde su supuesto retorno son nulos.

Este desacuerdo ha tenido repercusiones concretas, como la ausencia de comunicación oficial respecto a nuevas contrataciones o movimientos administrativos.

Por ejemplo, la llegada del director técnico Walter Perazzo no fue anunciada en las redes oficiales del club, lo que refuerza la fractura interna. Además, en otros ámbitos del club, se han producido cambios en funciones y designaciones que reflejan la lucha por el control.

El enfrentamiento no solo se limita a aspectos legales y administrativos; también afecta lo deportivo y la relación con los hinchas. Desde el lado de Moretti, se insiste en que, con las notificaciones correspondientes, ha vuelto a ejercer la presidencia. Sin embargo, quienes se oponen a su gestión afirman que no posee autoridad jurídica para ello, ya que la licencia sigue vigente y debe ser levantada formalmente.

Por ejemplo, Martín Cigna, exsecretario del club, afirmó en declaraciones públicas que «todo lo actuado en estos días por Moretti es nulo, ya que su licencia no fue levantada oficialmente.

Hasta entonces, no puede representar legalmente al club ni tomar decisiones vinculantes». En la misma línea, el presidente del Tribunal de Ética, Leandro Chizzini, advirtió en sus redes sociales que cualquier firma o acuerdo realizado por Moretti sin su cese formal es «nulo por desconocimiento del Estatuto o por mala fe».

La tensión también se refleja en la forma en que el club se comunica con sus seguidores y en las decisiones de su dirigencia. Mientras Moretti ocupa la presidencia en un palco privilegiado, sus adversarios toman decisiones desde la sede de Avellaneda, en una constante exhibición de división interna.

La llegada del nuevo director deportivo y las vinculaciones con ciertos dirigentes externas evidencian la profundidad del enfrentamiento.

A nivel histórico, esta polémica recuerda otros conflictos internos en clubes argentinos, donde las disputas de poder y las interpretaciones del estatuto han llevado a crisis similares.

La historia del fútbol en Argentina está llena de ejemplos de luchas por el control de los clubes, muchas veces atravesadas por intereses personales o políticos.