San Lorenzo atraviesa una difícil situación institucional, con disputas internas y acusaciones legales que complican su futuro. La lucha por el poder, las controversias y la posible intervención judicial tensan su historia centenaria.
Ese día, en paralelo, se disputará el encuentro entre #San Lorenzo y Rosario Central en Rosario. La expectativa es que allí, Tapia reciba una respuesta concreta respecto a la #crisis institucional que vive el club azulgrana. La inquietud central gira en torno a la posible designación de Marcelo Moretti o la constitución de una comisión de transición, en lugar de una directiva oficial, debido a la falta de un mando definido.
El escenario está marcado por la división entre los dirigentes oficialistas y la oposición. Ambos bandos no logran ponerse de acuerdo en cómo salir de esta coyuntura tan compleja. Sin embargo, Chiqui Tapia fue contundente en una reunión realizada en Ezeiza, donde afirmó: “Espero que tengan una solución lista para el viernes”.
Por ahora, todo permanece en espera, sin decisiones concretas que puedan resolver el conflicto.
Uno de los movimientos que generó revuelo fue la presencia de Matías Lammens en el predio Lionel Andrés Messi el pasado viernes. La sorpresa fue mayor considerando que Lammens es reconocido por su pasado en San Lorenzo y, en ocasiones, criticado por su gestión como titular del club.
La convocatoria de Tapia a Lammens generó especulaciones y fue vista como un intento de buscar aliados políticos en un momento de tensión.
Por su parte, Tapia mantiene su respaldo a Marcelo Moretti para liderar la transición, rechazando la propuesta de una acefalía en la presidencia. No obstante, también reconoce que para avanzar necesita apoyos políticos que le permitan garantizar una transición ordenada. En las últimas semanas, la sede de Avenida La Plata fue escenario de protestas de hinchas que repudiaron la gestión de Moretti en el pasado, evidenciando el rechazo de la base a la actual dirigencia.
Otra de las razones detrás de la tensión es la relación de Tapia con otros sectores políticos. Él no comparte las posturas de dirigentes ligados al PRO, como Sergio Costantino, Pablo García Lago y Leandro Goroyesky, quienes tienen una influencia significativa en ciertos círculos del club y del fútbol argentino.
Además, tiene ojos puestos en Manuel Agote, un dirigente vinculado a la agrupación Movete Boedo Movete, cercano a Sebastián Pareja, ideólogo del movimiento Libertad Avanza, que en Argentina ha tenido una presencia importante en la política y en sectores económicos.
En esta línea, las ideas de privatización y la creación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) todavía se mantienen en la agenda, aunque actualmente enfrentan una fuerte oposición por parte de los socios y la justicia.
Bajo el lema “San Lorenzo no se vende”
La movilización más emblemática fue la del 30 de noviembre pasado, cuando miles de hinchas se manifestaron contra la intención de privatizar el club, bajo el lema “San Lorenzo no se vende”, en conmemoración de los 25 años del rechazo a la privatización en 1998.
En medio de estas disputas, los candidatos a la presidencia, César Francis y Marcelo Culotta, proponen que se declare la acefalía de la actual autoridad para convocar a una Asamblea y llamar a elecciones transparentes.
Por su parte, Moretti asegura que no tiene intención de abandonar su cargo y que cuenta con el respaldo de varios dirigentes y jugadores, entre ellos Néstor Ortigoza y Emiliano Rodríguez, lo que le brinda una base sólida para continuar.
No obstante, el presidente fue citado para comparecer en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°34, donde enfrenta una acusación por administración fraudulenta, relacionada con un caso de supuesta corrupción en la gestión del club.
La causa fue impulsada por César Francis y fue confirmada tras la apelación de la fiscal Mónica Cuñarro. La acusación también involucra la entrega de un sobre con 25 mil dólares, supuestamente como soborno para favorecer a un juvenil, en un escándalo que coloca a la dirigencia en el centro de un proceso judicial.
Este conflicto tiene raíces profundas en la historia del club, que en los últimos años ha visto cómo las disputas internas y las estrategias políticas han afectado su estabilidad.
San Lorenzo, uno de los clubes más históricos del fútbol argentino, no es ajeno a estos episodios y ha enfrentado crisis similares en el pasado, como la intervención en los años 80 y la incertidumbre que acompañó sus gestiones en los 2000.
Mientras tanto, los hinchas continúan apoyando al equipo, que actualmente logra mantenerse en competencia en el Torneo Clausura, ingresando a los playoffs y clasificándose para la Copa Sudamericana de 2026.
Aunque no es un logro menor, la estabilidad del club sigue siendo una cuestión pendiente, mientras las voces internas y externas desafían la conducción y atraviesan toda la estructura del club.
