Las elecciones en Racing se perfilan como un punto decisivo para el futuro del club, entre propuestas de continuidad y cambio.

La tensión y la expectativa se sienten en el Cilindro de Avellaneda, donde este fin de semana tendrá lugar un evento crucial para la institución: las elecciones para elegir al próximo presidente de Racing Club.

Lo que podría parecer un simple choque de fútbol al enfrentar a su eterno rival, River Plate, en realidad se ha convertido en un telón de fondo para una contienda electoral marcada por una polarización extrema.

El equipo de Racing ha asegurado ya su presencia en la Copa Libertadores tras su reciente conquista de la Copa Sudamericana, lo que significa que el foco del club se desplaza desde la cancha hasta el sufragio que se llevará a cabo el domingo.

El nombre de los candidatos para liderar Racing se ha vuelto el centro de atención: Christian Devia, representante de la actual conducción, frente a Diego Milito, el icónico delantero que ha optado por la oposición.

A todo esto se suma la decisión de Miguel Jiménez de apartarse de la contienda, lo que podría favorecer al oficialismo.

Las elecciones no solo están cargadas de simbolismo deportivo; también se reflejan las tensiones políticas que se viven en el país.

Los dos candidatos no solo representan diferentes visiones para el club, sino que también están vinculados a figuras relevantes en el ámbito político argentino.

Después de tres reuniones entre Milito y el actual presidente, Víctor Blanco, que buscaba formar una alianza, la relación se deterioró y el conflicto se acentuó en las últimas semanas.

De hecho, el escándalo resurgió a partir de un video viral donde Milito es comparado con su pasado en el club Independiente, lo que provocó reacciones a favor y en contra de su gestión.

Recordando la historia de Racing, la gestión de Carlos Ruckauf como gobernador y la intervención de Fernando Marín fueron cruciales en la estabilidad del club, que había estado sumido en una crisis.

Bajo la gestión de Blanquiceleste S.A., Racing logró hacerse con el título tras 35 años de sequía, pero la controversia comenzó cuando las acciones fueron transferidas a Fernando De Tomaso, quien enfrentó problemas legales que llevaron al club a la quiebra.

Hoy, Milito se ha distanciado de esos vínculos, insistiendo en que Racing no se convertirá en una sociedad anónima bajo su liderazgo.

La campaña electoral ha intensificado la rivalidad, con ambos candidatos echando llamamientos a los socios para que participen activamente en las elecciones.

En un spot reciente, Milito evocó viejos tiempos y la necesidad de que los hinchas no se dejen desanimar por maniobras adversas en el día de la votación.

Ambos candidatos han presentado sus propuestas.

Devia, por su parte, ofrece continuidad en la gestión que llevó a siete títulos en los últimos once años, y ya anticipa un director deportivo para potenciar el rendimiento del club.

A su vez, plantea la creación de una billetera virtual para miembros y un incremento en el desarrollo de infraestructura.

Mientras tanto, Milito promete un club de 'excelencia', buscando modernizar el estadio y ofrecer una gestión más transparente y participativa.

Proyectos en el ámbito de los deportes amateurs y la mejora de la relación con los aficionados son algunas de sus prioridades.

Con 37,360 socios habilitados para votar, se espera que haya una participación activa en las elecciones de este domingo.

La pregunta prevalece: ¿será continuidad con Devia o cambio con Milito? En cualquier caso, el futuro del club será decidido en pocas horas, y las repercusiones serán sentidas tanto dentro como fuera de la cancha.

¿Logrará Racing dar el salto que tanto anhela? Solo el tiempo lo dirá.