En una extensa charla, José Néstor Pekerman comparte anécdotas sobre su vida y carrera, incluyendo su relación con Lionel Messi y su trabajo en las categorías juveniles del fútbol argentino.
Conversar con José Néstor Pekerman se asemeja a sumergirse en un relato cautivador y pleno de serenidad. A sus 75 años, Pekerman posee una vida rica en experiencias y un amor incondicional por el fútbol. Mientras que su compañera Matilde en la redacción de Clarín bromea con él, interrumpiéndolo de vez en cuando, su pasión y anécdotas parecen no tener fin.
Durante más de dos horas de entrevista, Pekerman se detiene a reflexionar sobre grandes momentos de su carrera.
Un tema recurrente es Lionel Messi. "Todo el mundo pregunta por Messi", afirma Pekerman, recordando cómo lo llevó al Mundial de Alemania 2006 cuando el jugador apenas tenía 18 años. Relata que su relación con Messi y su familia fue sólida desde el inicio. La primera mencona de Messi que le llegó fue durante el Mundial Sub-17 en Finlandia en 2003, donde, tras una conversación con el entrenador español Juan Santiesteban, surgió la posibilidad de convocar al joven argentino.
Este diálogo inicial dejó una huella indeleble en la mente de Pekerman.
La historia avanza hasta 2004, cuando Pekerman se adentra en los preparativos de un amistoso que se consideró clave para formalizar la llegada de Messi a la selección.
La fecha clave fue el 29 de junio de ese año, un partido contra Paraguay en el estadio de Argentinos Juniors, aquel mítico lugar que había visto brillar a Diego Maradona.
Pekerman recuerda cómo tuvo que solicitar al entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, que el encuentro se celebrara allí, un deseo que logró cumplir.
Sin embargo, la historia de Messi en la selección argentina se revela con matices. Pekerman confiesa que eligió a Hungría como rival para el debut de Messi en agosto de 2005, un rival simbólico, ya que Maradona también había tenido su estreno contra este equipo.
"Siempre existe una conexión entre las historias", reflexiona Pekerman al rememorar esos momentos.
La vida de Pekerman se remonta a Ibicuy, Entre Ríos, donde nació, con recuerdos vinculados al fútbol desde su infancia. "El fútbol me llegó a través de las voces y relatos de aquellos que se reunían en el bar de mi padre", comparte. A los cinco años, su padre, Oscar, le inculcó la pasión por el deporte, aunque su carrera como jugador se vio interrumpida por una lesión en la rodilla que lo obligó a retirarse antes de lo esperado.
Su trayectoria como entrenador comenzó en las divisiones juveniles de Argentinos Juniors, donde tuvo que lidiar con limitaciones económicas y de infraestructura.
Sin embargo, fue en esta fase donde formó a grandes talentos, incluido Fernando Redondo, un ícono del fútbol argentino.
Pekerman también destaca su paso por Colo-Colo en Chile, donde vivió un ambiente más profesional en comparación con Argentina. Vivencias que le han servido para cumplir su sueño de refundar las categorías juveniles de la AFA, algo que consolidó luego de presentar un proyecto tras el Mundial de 1994.
Respecto a su experiencia en competiciones internacionales, recuerda el dolor de la eliminación de Argentina en el Mundial de 2002 y la amarga sensación tras el fatídico partido contra Alemania en 2006, donde las decisiones sobre el equipo y la selección de jugadores como Messi generaron polémicas que todavía resuenan.
Actualmente, Pekerman observa con satisfacción que sus antiguos pupilos, como Scaloni y Aimar, han tomado posiciones de liderazgo en la selección, llevándola a la gloria.
Todo esto constituye un ciclo que se completa en el ámbito del fútbol argentino, un relato inacabable donde cada jugador y entrenador deja su huella, y donde la historia de Pekerman y Messi emerge como un brillante testimonio de pasión y dedicación.