Independiente Rivadavia se impuso 2-0 a Belgrano en Córdoba, afianzando su posición en la tabla y dejando al equipo local en una crisis de rendimiento.
Con una moral elevada tras su victoria sobre River en Mendoza, Independiente Rivadavia continuó su racha positiva al imponerse 2-0 a Belgrano en un partido disputado en Córdoba.
Este triunfo permite al equipo mendocino afianzarse en la mitad de la tabla de la Liga Profesional, una notable mejora luego de haber estado en las últimas posiciones.
La jornada comenzó de manera complicada para el equipo local, que se vio rápidamente presionado por la Lepra.
En el primer tiempo, Iván Villalba abrió el marcador con un cabezazo que llegó tras una secuencia de un tiro de esquina.
El gol, que llegó en un momento crucial del partido, sembró la incertidumbre en las filas de Belgrano, que no lograba encontrar su ritmo ni generar peligro real a la meta defendida por Ezequiel Centurión.
El ambiente se tornó tenso en la gradas del Estadio Julio César Villagra, donde los hinchas de Belgrano, visiblemente frustrados con el desempeño de su equipo, comenzaron a abuchear a los jugadores y al entrenador Juan Cruz Real.
La presión aumentó conforme transcurrían los minutos y el Pirata mostraba signos de descontrol.
Los cánticos de desaprobación retumbaron en el estadio: "¡Jugadores, pongan huevos que no juegan con nadie!", evidenciando la necesidad urgente de cambio en el juego de su equipo.
El impacto del gol inicial fue notable, y antes de que Belgrano pudiera recuperarse, Sebastián Villa, en un despliegue de habilidad, aumentó la ventaja para Independiente Rivadavia anotando el segundo tanto.
Este gol fue particularmente emotivo ya que fue muy similar al que había marcado frente a River: recibió el balón, se acomodó con calma y disparó hacia el palo izquierdo del portero Espínola, dejando a la defensa local completamente descolocada.
Aunque el resultado final fue contundente 2-0 a favor de la Lepra, el equipo de Belgrano tuvo sus oportunidades para descontar.
Ezequiel Centurión, el arquero visitante, se convirtió en la figura del partido, realizando paradas sobresalientes y manteniendo su arco en cero.
Un par de tiros de Matías Suárez, quien debutó en la segunda mitad tras un buen ingreso, fueron desbaratados magistralmente por Centurión, que voló de palo a palo evitando lo que podría haber sido un gol que cambiaría la dinámica del encuentro.
Además, Ezequiel Ham también tuvo una oportunidad clara para sellar el tercero en una contra, aunque su disparo también encontró el travesaño.
Finalmente, el 2-0 reflejó no solo el esfuerzo de Independiente Rivadavia, que claramente aprovechó la inercia positiva brindada por su reciente victoria, sino también la creciente desesperación de un Belgrano que apenas pudo hacer frente a la ofensiva rival y cuyas expectativas han comenzado a desmoronarse en esta Liga Profesional.