La historia de Agustina Converset, arquera de Ferro Carril Oeste, quien superó la amputación de su brazo izquierdo y se consolidó como figura en el hockey de élite en Buenos Aires, inspirando a muchas personas con discapacidad.

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La cancha de hockey de Ferro Carril Oeste se encuentra en plena actividad, con jugadoras de diversas categorías concentradas en sus entrenamientos. Unos ensayan tiros de esquina, otros perfeccionan jugadas colectivas en partidos improvisados y algunos grupos realizan trabajo físico específicos. Sin embargo, en medio de esa rutina, destaca la figura de Agustina Converset, quien no pasa desapercibida para sus compañeras y entrenadores, dado que es la arquera del equipo.

Converset, apodada Pepa, hizo una historia notable en el club de Caballito, logrando que su equipo ascendiera por primera vez en su historia a la máxima división del Torneo Metropolitano de la AHBA en 2023.

A principios de 2024, con apenas 24 años, tomó el salto desde Intermedia para reemplazar a Charo Urrutia, una arquera legendaria que decidió retirarse, y en tan solo unas temporadas, se convirtió en una de las figuras más destacadas del plantel.

Pero su historia no sólo es deportiva, sino también de vida. Desde que tenía solo seis meses, a Agustina le fue amputado el antebrazo izquierdo debido a una complicación durante su gestación, en la que una brida amniótica cortó la circulación.

Desde pequeña, aprendió a vivir con esa diferencia física sin que ello afectara su autoestima ni su entusiasmo por hacer deportes.

Ella misma recuerda: "Arranqué en el colegio haciendo diversos deportes, desde esgrima hasta gimnasia artística, pasando por equitación y vóley. Aunque en algunos deportes, sobre todo el vóley, era más difícil por usar más brazos, siempre trataba de resolverlo y seguir participando". A los ocho años, comenzó a jugar en Ferro, inicialmente en la escuelita, y más adelante, en la tira B, donde se federó como arquera. Su impulso por superarse y demostrar que la discapacidad no definía sus límites fue creciendo con cada partido.

Su familia y entorno fueron fundamentales, apoyándola en cada paso. Por ejemplo, cuando decidió ser arquera en hockey, no dudaron un instante en acompañarla, incluso cuando tuvo que cambiar de club para avanzar en su entrenamiento.

En ese proceso, Agustina experimentó con prótesis diseñadas especialmente para ella, ya que en sus primeros años atajaba sin protección alguna, cruzando el palo o usando el derecho para bloquear las pelotas en su lado izquierdo.

En 2018, en busca de mayor desempeño, decidió usar una prótesis que le permitiera mayor estabilidad y control en el arco. La adaptación no fue sencilla: durante meses, su brazo no reaccionaba como ella quería, y tuvo que entrenar intensamente para mejorar la reacción y el empuje, desarrollando una técnica propia para atajar con la prótesis.

Posteriormente, con el apoyo de entrenadores especializados en deportes adaptados, perfeccionó sus movimientos y fortaleció su cuerpo, especialmente las piernas y el palo, que hoy utiliza como herramientas fundamentales en su juego.

Su dedicación y esfuerzo han resultado en una notable autoconfianza que se refleja en cada partido. En 2019, volvió a Ferro, y en 2023, fue clave en el logro histórico del ascenso a la máxima categoría. Actualmente, en su primera temporada en la A, el equipo pelea por consolidarse en una categoría altamente competitiva, marcando un hito para Ferro y para el hockey femenino en Buenos Aires.

La historia de Agustina no solo inspira a quienes enfrentan discapacidades, sino que también abre el camino para que más mujeres con limitaciones físicas se involucren en deportes de alto rendimiento.

Sus compañeras y entrenadores destacan que su ejemplo demuestra que la perseverancia y la pasión pueden vencer cualquier desafío.

Más allá del deporte, Agustina también cursa la carrera de abogacía en la Universidad de Buenos Aires, compatibilizando estudios y entrenamiento.

Trabaja en un juzgado y dedica parte de su tiempo a colaborar en fundaciones que promueven el deporte y la inclusión para personas con discapacidad.

En un mundo donde muchas veces las barreras parecen insuperables, su historia demuestra que los obstáculos físicos pueden ser superados con determinación, apoyo y pasión.

Pepa sueña con algún día representar a Argentina en competencias internacionales y seguir siendo un ejemplo de perseverancia y lucha, consolidando su lugar en la historia del hockey y en los corazones de quienes admiran su ejemplo.