El entrenador de Racing, Gustavo Costas, volvió a ser protagonista por su temperamento explosivo en el fútbol argentino, siendo expulsado en dos partidos consecutivos y enfrentando posibles sanciones por sus acciones en el banco. Sus conductas generan preocupación sobre los límites en la conducta de los técnicos y las consecuencias para su carrera y el equipo.

Los hechos ocurrieron tras una polémica decisión del árbitro Darío Herrera, quien sancionó correctamente un penal a favor del conjunto local por una falta dentro del área a Alfio Oviedo, de Racing.
En desacuerdo, Costas hizo que sus jugadores se retiraran del campo en señal de protesta, y cuando Braian Martínez convirtió el penal, el técnico aplaudió irónicamente al árbitro y empezó a reclamar con vehemencia.
La situación escaló cuando Herrera se acercó para expulsar a Federico Costas, preparador físico e hijo del técnico, y este, en un acto de furia, ingresó al campo, enfrentó al árbitro y le gritó “ladrón”.
Diversos integrantes del cuerpo técnico y jugadores tuvieron que contenerlo para evitar que la situación llegara a un conflicto mayor. Posteriormente, Costas se dirigió al vestuario, pero no sin dejar de insultar. El partido culminó con una derrota de #Racing por 2-1, tras un gol de Ignacio Russo en el minuto adicional del segundo tiempo.
Tras el partido, #Gustavo Costas no realizó declaraciones, aunque sí lo hizo el arquero Gabriel Arias, quien sugirió que pudo tratarse de un plan para perjudicar a Racing: “Vienen pasando cosas difíciles de ignorar, pero cuando uno habla puede terminar sancionado.
Cuando uno dice lo que no les gusta a los de arriba, molesta”, expresó en una entrevista.
Este no fue el primer episodio de conducta problemática del entrenador en el presente campeonato. En la primera jornada, frente a Barracas Central, Costas también fue expulsado tras una decisión similar del árbitro Nicolás Lamolina, apoyado por el sistema de videoarbitraje, que sancionó un penal a favor del equipo visitante.
Debido a estas reincidencias, se especula con que podría enfrentarse a sanciones más severas en el futuro.
Hasta ahora, la única sanción que recibió tras su primer incidente fue una suspensión de una fecha que finalmente no cumplió en forma efectiva, ya que pagó una multa económica y participó en un curso de conducta ética y gestión emocional enfocado en cuerpos técnicos y líderes deportivos.
En aquel momento, Costas emitió un comunicado en su cuenta de Instagram donde pidió disculpas por su comportamiento: “A lo largo de mi carrera, siempre prioricé el respeto, incluso en momentos de tensión.
Como técnico de Racing
Como técnico de Racing, tengo la responsabilidad de dar el ejemplo y seguir aprendiendo sobre el manejo de emociones en el deporte”.
Este episodio no solo pone en duda el control emocional de Costas, sino que también genera preocupación sobre el impacto de su conducta en la imagen del club y en el entorno del fútbol argentino, que ha mostrado avances en Educación, ética y fair play en los últimos años.
Sin embargo, el comportamiento de técnicos y jugadores suele tener repercusiones directas en sus carreras profesionales, y en casos como el de Costas, podría traducirse en sanciones más duras o en restricciones para su participación en competencias.
El fútbol argentino, con una rica historia que incluye figuras de gran temperamento y pasión, también busca equilibrar la pasión con el respeto y la profesionalidad en las relaciones dentro del campo.
La Federación y los clubes trabajan en protocolos de conducta y capacitación para entrenadores, con el objetivo de evitar hechos que puedan dañar la integridad del deporte.
La situación de Gustavo Costas, por tanto, se deberá seguir de cerca en las próximas semanas, en un contexto donde la regulación y el control emocional en los técnicos es cada vez más valorizada para mantener el espíritu del deporte y promover valores positivos entre los protagonistas del fútbol.