El TJUE ha fallado a favor de Lassana Diarra, cuestionando las normas de FIFA que limitan la libertad de movimiento de los futbolistas.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha emitido un dictamen que cuestiona la legalidad de ciertas normas impuestas por la FIFA en relación a las transferencias internacionales de futbolistas.

Este fallo, que se produjo el pasado viernes, se centra en el caso del exfutbolista francés Lassana Diarra, quien había interrumpido su contrato con el Lokomotiv de Moscú en 2014. La corte europea concluyó que las restricciones impuestas a los jugadores en términos de encontrar un nuevo empleo después de la ruptura de su contrato son contrarias a los derechos establecidos por la Unión Europea.

Diarra había estado envuelto en una prolongada batalla legal con la FIFA y su antigua institución.

Tras negarse a aceptar una drástica reducción en su salario, el jugador no se presentó a los entrenamientos, lo que llevó al club moscovita a exigir una indemnización de aproximadamente 20 millones de euros como compensación por la interrupción del contrato.

Por su parte, Diarra reclamaba al organismo rector del fútbol mundial la cantidad de seis millones de euros, argumentando que las restricciones de FIFA habían limitado su capacidad de trabajar la mayor parte de esa temporada.

Este caso no es aislado, ya que se remonta a situaciones similares en el pasado, como el histórico caso Bosman.

En este último, Jean Marc Bosman, un jugador belga, desafió con éxito las normas de transferencias europeas que limitaban la movilidad de los futbolistas.

Bosman ganó su caso en 1995, permitiendo a los jugadores europeos la libertad de cambiar de club al finalizar sus contratos sin tener que pagar indemnización a sus antiguos equipos.

El TJUE determinó que las reglas actuales de FIFA obstaculizan la libre circulación de los futbolistas, así como la competencia entre clubes, ya que limitan la capacidad de los jugadores para desarrollar su carrera en nuevas instituciones.

En su fallo, el tribunal declaró que estas normas podían crear un clima de incertidumbre entre los clubes y los jugadores, aumentando los riesgos legales y económicos.

El letrado de Diarra, Jean-Louis Dupont, quien había estado implicado en el caso Bosman, expresó que este fallo es clave para modernizar la gobernanza del fútbol a nivel internacional y subrayó que es un paso hacia el reconocimiento de los derechos de los futbolistas en Europa.

Dupont indicó que esta sentencia podría obligar a la FIFA a someterse a las leyes europeas, propiciando un cambio que beneficie a aquellas personas afectadas por las normativas en vigor desde 2001.

Además del impacto inmediato en el caso de Diarra, la sentencia podría sentar un precedente importante para otros futbolistas que se han visto afectados por normas similares en el pasado.

En consecuencia, cualquier jugador que haya enfrentado dificultades para transferirse a otro club debido a estas reglas tiene ahora la posibilidad de buscar compensaciones adecuadas por los daños sufridos.

Este fallo refleja una creciente tensión entre las regulaciones deportivas y los derechos laborales, en un contexto donde la industria del fútbol continúa expandiéndose y evolucionando.

Así, el fallo del TJUE se presenta como un hito en la búsqueda de justicia y corrección en el ámbito del fútbol profesional, asegurando que los derechos de los jugadores no sean vulnerados en el futuro.