La historia de Nicolás Sansotre, un futbolista argentino que enfrenta la difícil situación de espera de un trasplante para su hijo Felipe, quien padece síndrome nefrótico.

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El pasado 4 de febrero, durante un encuentro del Torneo Apertura, el Deportivo Riestra logró una victoria convincente de 3 a 0 frente a Atlético Tucumán.

Sin embargo, el momento más emotivo del partido llegó cuando Nicolás Sansotre, defensor del equipo, se detuvo a mostrar un tatuaje que porta en su muslo derecho tras anotar su primer gol en la Primera División del fútbol argentino.

En esa imagen, que simboliza su amor y conexión, están retratados un padre junto a su hijo, ambos sonriendo mientras aguardan la esperanza de un futuro mejor.

Nicolás, de 31 años, inició su carrera en las divisiones inferiores de Almagro y desde enero de 2024 juega para Deportivo Riestra. A medida que avanza su carrera, se enfrenta a un reto mucho más grande que cualquier adversario en el campo: la salud de su hijo Felipe, quien ahora se acerca a su quinto cumpleaños.

Desde su diagnóstico en noviembre de 2021, Felipe ha estado en espera de un trasplante debido a un síndrome nefrótico que afecta su función renal.

La familia de Sansotre ha recorrido un camino difícil y lleno de incertidumbre. Su hijo, cuyo apodo es Pipe, hace poco fue operado para la extracción de un riñón ya inservible y desde entonces ha comenzado un tratamiento de diálisis.

La situación para Felipe es crítica, ya que se encuentra en la lista de espera para un trasplante, junto a los más de 4,000 niños y adolescentes registrados en la misma situación en Argentina.

La historia de Felipe es un recordatorio conmovedor de la importancia de la donación de órganos. Desde la aprobación de la Ley Justina en 2018, que establece la presunción de donación de órganos en mayores de 18 a menos que se estipule lo contrario, ha habido avances significativos en la creación de conciencia sobre este tema.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en cuanto a la donación pediátrica.

Nicolás y su pareja, Marian Di Palma, han encontrado en este proceso un fuerte sentido de comunidad y apoyo. Se han acercado a diferentes clubes de fútbol para concientizar sobre la donación de órganos, un esfuerzo vital que podrían representar una luz de esperanza para muchos.

'La donación puede salvar vidas', subraya Nicolás, enfatizando en la necesidad de diálogo y educación sobre el tema, que es más complicado cuando se trata de menores.

Sin embargo, a pesar de la carga emocional que esta situación conlleva, Nicolás se esfuerza por mantener la cabeza en el juego. 'En el fútbol debemos ser competitivos, y a la vez desconectar de todo lo que pasa fuera del campo', expresa. La dedicación y el amor de la pareja se ven reflejados en su lucha constante para brindar a Felipe la mejor atención médica posible.

Afuera del campo de juego, el aporte de sus compañeros y el respaldo de la comunidad de fútbol han sido vitales para la familia. 'Sentir ese apoyo me da tranquilidad', dice Nicolás, quien a su vez reconoce a Marian como una compañera invaluable que ha estado a su lado a lo largo de esta dura prueba.

Por ahora, la familia hace su vida mientras cuentan los días para un futuro trasplante que promete cambiar la vida de Felipe. Sanotre afirma que Felipe le ha enseñado a valorar aún más cada pequeño momento y a enfrentar la adversidad con gratitud y esperanza. A medida que esperan una respuesta de un posible donante, su historia resuena en la comunidad y nos recuerda a todos lo importante que es ser donante y dar vida donde hay necesidad.