El partido entre Gimnasia y River Plate finalizó con un gol anulado al equipo local, generando debate en torno a la decisión del árbitro.

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En los días venideros, la atención se centrará en el gol que fue invalidado a Gimnasia en los últimos momentos del primer tiempo durante su enfrentamiento contra River Plate.

El joven delantero Benjamín Domínguez había conseguido anotar, superando la habilidad del arquero Jeremías Ledesma, quien fue el jugador más destacado de la primera mitad.

Esta anotación llegó tras una rápida contra comandada por Lucas Castro, quien realizó una excelente jugada para habilitar a su compañero.

Sin embargo, el asistente número 2, Agustín Méndez, levantó la bandera para señalar un supuesto fuera de juego del delantero.

La controversia surgió cuando las repeticiones mostraron ciertas dudas respecto a la decisión arbitral, las cuales no se despejaron hasta que se dibujaron las líneas que determinarían la posición de los jugadores en la jugada.

Bajo una inspección más detallada, la línea del césped sugiere que Domínguez estaba ligeramente adelantado en el momento que recibió el balón de David Salazar, aunque también Leandro González Pirez, defensor del equipo rival, se encontraba en una posición similar.

El árbitro del encuentro, Hernán Mastrángelo, mantuvo la decisión de anular el gol siguiendo el criterio que le fue transmitido desde la sala del VAR, que estaba supervisada por Nicolás Lamolina.

Pese a las dudas generadas, se declaró que la visión del asistente había sido correcta.

Sin embargo, el cuestionamiento no provino del trazado de líneas en sí, sino del hecho de que esas líneas fueran presentadas solo al inicio del segundo tiempo, lo que amplificó la polémica.


En redes sociales, los aficionados se han manifestado sobre este hecho, con muchos de ellos mostrando su descontento hacia la decisión del árbitro y la gestión del VAR. Algunos argumentan que el fútbol moderno ha traído consigo un enredo de decisiones que, a pesar de estar respaldadas por la tecnología, siguen generando malestar entre los jugadores y los aficionados.

Curiosamente, esta no es la primera vez que Gimnasia enfrenta situaciones similares.

A lo largo de su historia, el equipo ha sido protagonista de decisiones arbitrales discutibles.

Sin embargo, en este caso, es notable que el cuerpo técnico y los jugadores del Lobo no reaccionaron de manera violenta ante la decisión, optando por concentrarse en la segunda mitad del encuentro.

Las reacciones en el banco de suplentes no incluyeron protestas mayores, lo que podría indicar que ya están acostumbrados a estas situaciones recurrentes en el fútbol.

La discusión en torno al VAR y su influencia en los partidos no cesará, y este evento seguramente será recordado por los seguidores del fútbol argentino.

Queda por verá cómo se desarrollarán los próximos encuentros y si se implementarán modificaciones que mejoren la experiencia tanto para los jugadores como para los espectadores que ansían justicia en el juego.