El equipo inglés logra su segundo título tras vencer al favorito Barcelona en una final histórica en Lisboa, marcando un regreso impresionante tras 18 años desde su primera victoria en la máxima competición europea femenina.

El Arsenal ha logrado una hazaña histórica al derrotar al vigente campeón Barcelona por 1-0 en la final de la Liga de Campeones Femenina disputada en Lisboa, en un encuentro que quedará en los anales del fútbol europeo femenino.
Este triunfo representa la segunda vez en la historia que el club inglés se lleva este prestigioso trofeo, 18 años después de su primera y hasta ahora única conquista en la máxima competición continental.
El partido se disputó en el Estádio José Alvalade, un escenario que fue testigo de una final marcada por la intensidad y la estrategia. La jugadora sueca Stina Blackstenius fue la encargada de anotar el único gol del encuentro en el minuto 75, tras una excelente asistencia de Beth Mead, quien ingresó en la segunda mitad.
La celebración del equipo inglés fue emotiva, con las jugadoras abrazándose en el campo y celebrando frente a la esquina de las gradas que lucía los colores característicos de Arsenal, en contraste con la mayoría de los asistentes que vestían los colores burdeos y azul del equipo catalán.
Este logro tiene un significado especial para el Arsenal, que en 2004 logró coronarse campeón por primera vez en la historia del fútbol femenino europeo, convirtiéndose en el primer equipo inglés en lograrlo.
Desde entonces, el equipo ha enfrentado altibajos, pero nunca perdió su espíritu competitivo. La actual victoria se produce en una temporada que estuvo marcada por cambios en su cuerpo técnico y desafíos internos, incluyendo la renuncia del entrenador Jonas Eidevall, reemplazado por la asistente René Seglers, quien guió al equipo a una impresionante campaña europea.
El camino hacia la final no fue fácil para las londinenses. En las rondas eliminatorias, lograron remontar partidos complicados, incluyendo triunfos sobre el Real Madrid y el ocho veces campeón Lyon, en una serie de encuentros que demostraron la resiliencia y la calidad del equipo.
La final enfrentó a Arsenal contra un Barcelona que llegaba como gran favorito, con una racha de nueve victorias consecutivas en la competencia y con jugadoras de élite como Aitana Bonmatí y Alexia Putellas, ganadoras del Balón de Oro en dos ocasiones.
Matheson espera que la Copa del Mundo eleve aún más el perfil del juego femenino y estimule la nueva liga canadiense
Diana Matheson, una veterana de cuatro Copas del Mundo, espera que la atención en el torneo de 2023 ayude a impulsar la liga profesional femenina canadiense que su grupo Project 8 está formando. Matheson espera que la Copa del Mundo atraiga más atención al fútbol femenino y beneficie a la liga en desarrollo. El torneo de la Copa del Mundo se llevará a cabo en Australia y Nueva Zelanda desde el 20 de julio hasta el 20 de agosto.A pesar de las expectativas, el Barcelona no pudo desplegar su mejor juego en Lisboa. La defensa de Arsenal, liderada por la portera Daphne van Donselaar, fue sólida y concentrada, logrando neutralizar los ataques del equipo catalán, que solo inquietó a la portera en una ocasión, cuando Claudia Pina impactó el travesaño en la segunda mitad.
La mejor oportunidad del Barcelona fue en los minutos iniciales del segundo tiempo, pero no lograron convertir.
El partido estuvo marcado también por la resistencia del Arsenal, que supo mantener la calma y aprovechar sus oportunidades. La jugadora sueca Blackstenius fue clave no solo por el gol, sino también por su movilidad y presencia en ataque. La victoria también simboliza una reivindicación del fútbol femenino inglés, que ha ganado en prestigio y calidad en los últimos años, impulsado por una mayor inversión y profesionalización.
Históricamente, la Liga de Campeones Femenina ha visto dominancia de equipos como Olympique Lyon y Barcelona, pero este resultado demuestra que otras instituciones pueden desafiar el status quo.
La final de Lisboa será recordada como un momento en que el Arsenal volvió a demostrar su grandeza, en una época donde el fútbol femenino continúa creciendo en popularidad y competitividad en toda Europa.
Este triunfo no solo trae alegría a Inglaterra, sino que también inspira a otros clubes a seguir invirtiendo en sus equipos femeninos, en un proceso que busca promover la igualdad y el reconocimiento en el deporte rey.
La historia del Arsenal en la Champions continúa escribiéndose con letras doradas, y su próxima participación en la edición 2024-2025 promete traer aún más emociones y sorpresas para los fanáticos del fútbol femenino en todo el continente.
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