El club Independiente de Avellaneda llora la partida de uno de sus más grandes ídolos, Hugo Villaverde, quien dejó una huella imborrable en la historia del fútbol argentino.
El día de hoy, el Club Atlético Independiente se viste de luto al anunciar la muerte de Hugo Eduardo Villaverde, un ícono del fútbol argentino que hizo historia en la década de los 70 y 80. Villaverde, conocido por su apodo de 'Magoo' a causa de su uso de lentes de contacto, fue un defensor excepcional que se destacó por su notable velocidad y su capacidad para neutralizar a los delanteros rivales.
Su estilo de juego, firme y con gran técnica, lo convirtió en un pilar fundamental en la zaga del Rojo, donde disputó un total de 424 partidos, además de ser un ídolo para la afición.
Nacido en la ciudad de Santa Fe el 27 de enero de 1954, Villaverde inició su carrera en el Colón de Santa Fe, equipo en el que debutó en la Primera División en 1973. Su primera aparición fue en un partido desafortunado para su equipo, que terminó con una derrota 3-2 ante River Plate.
Tres años después, su destacada actuación en el Colón llamó la atención de los principales clubes argentinos, lo que le permitió unirse al Independiente, donde formó una histórica dupla defensiva con Enzo Trossero.
La trayectoria de Villaverde estuvo marcada por su gran capacidad de juego aéreo y sus temperamentales cruces, pero al mismo tiempo, fue conocido por no rendirse nunca, una característica que le valió el respeto y la admiración de sus compañeros y adversarios.
Durante su tiempo en Independiente, fue parte fundamental de un equipo que logró siete títulos importantes, destacándose la conquista de la Copa Libertadores en 1984, donde derrotaron a Gremio, así como la Copa Intercontinental del mismo año frente al Liverpool inglés.
A pesar de su gran calidad y trayectoria, Villaverde no logró marcar un gol en pasantía profesional, un hecho que siempre sorprendió a quienes lo conocían como un gran defensor.
Su relación con la Selección Argentina fue breve, disputando solo seis partidos entre 1979 y 1980. Una de sus apariciones más memorables fue en un amistoso contra Escocia, donde Diego Maradona anotó su primer gol, aunque Villaverde se retiró del campo debido a una lesión en el tobillo.
La carrera de Villaverde llegó a su fin en 1989, tras su última vuelta olímpica con el Independiente, sufriendo de múltiples lesiones que afectaron su rendimiento.
Después de su retiro, mantuvo su vínculo con el club, trabajando en las divisiones inferiores y, de vez en cuando, como asistente técnico.
A pesar de su notoriedad, Villaverde siempre fue reservado con la prensa, prefiriendo dejar que sus actuaciones en el campo hablen por él.
Hoy, Independiente, su familia y todos aquellos que conocieron y amaron a este gran defensor, rinden homenaje a su legado y a la huella imborrable que dejó en la historia del fútbol argentino.
Desde su paso por el club, sus enseñanzas y su espíritu combativo perdurarán entre los que tuvieron el privilegio de compartir momentos con él.
Hugo Villaverde será recordado no solo como un gran futbolista, sino como una leyenda que siempre llevará en el corazón la familia del Rey de Copas.