El piloto argentino Franco Colapinto revela sus elementos indispensables y su pasión por la Fórmula 1, consolidándose como una de las promesas del deporte.

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Franco Colapinto, el joven piloto argentino, culminó su participación en la temporada de Fórmula 1 el pasado domingo en Abu Dhabi. Aunque solo participó en nueve carreras con Williams, logró cautivar a los fanáticos de distintas nacionalidades con su carisma y energía. La revista española GQ lo eligió para una producción fotográfica, donde lució ropas de marcas de lujo, y en una entrevista, compartió las diez cosas que son imprescindibles en su vida.

Entre sus artículos preferidos se encuentran el mate, la icónica camiseta de Boca Juniors y su casco decorado con la bandera argentina. Sobre el mate, Colapinto, de 21 años, destacó su importancia cultural en Argentina: “El mate es fundamental. En mi país, siempre nos reunimos a tomarlo en compañía. Aunque yo lo debo tomar solo, soy el único en mi familia que lo hace”. Esta bebida, que asegura nunca debe llevar azúcar, le recuerda a momentos entrañables con amigos y familiares.

Otra de sus pasiones es el fútbol, reflejada en su incessante apoyo al Club Atlético Boca Juniors, cuya camiseta posee en gran cantidad. “Uso esa camiseta como pijama y me la pongo durante los partidos, porque me hace sentir en casa”, comentó, identificando el fútbol como la máxima expresión de deporte en Argentina, aunque ahora el automovilismo también gana terreno entre los aficionados.

Su casco, pieza fundamental de su equipamiento, es otra de sus elecciones. Colapinto personaliza su casco con la bandera argentina, significando su identidad nacional. “Este casco es especial, porque me recuerda mis inicios; empecé a correr con el número 43 en karting, que tiene un gran valor simbólico para mí”, explicó al mostrar su diseño.


El amor por la velocidad comenzó desde muy joven. “Desde los 4 años me fascinó la idea de manejar, mi familia siempre estuvo vinculada al automovilismo”, reflexionó, recordando cómo su padre influyó en su pasión por el deporte.

Aunque reside en Europa por su carrera, nunca olvida sus raíces argentinas.

Colapinto también compartió su debilidad por la gastronomía local, mencionando las empanadas como su manjar favorito, aunque se rinde ante el “asado”, la parrillada típica que, según él, es insuperable.

A pesar de su vida itinerante, aún se esfuerza por aprender a cocinar, aunque bromeó diciendo que sus habilidades son limitadas.

Entre los otros elementos que reveló como esenciales se encuentran su bicicleta, utilizada para entrenar y explorar, su perfume favorito que le ofrece confianza, y su pasaporte argentino, vital en su vida viajera, habiendo volado más de cien veces en un año.

“Siempre siento que lo pierdo, pero dietro de cada viaje, hay algo que me recuerda a mi país”, añadió.

Para finalizar, Colapinto expresó su ambición por llegar a ser campeón de Fórmula 1. “No soy de conformarme. Cada sueño alcanzado me lleva a otro objetivo más grande”, concluyó, dejando en claro su determinación en el mundo del automovilismo. Este joven argentino no solo es una promesa en la F1, sino un embajador cultural que comparte con el mundo su amor por Argentina y sus tradiciones.