La Scuderia Ferrari continúa luchando por alcanzar su máximo rendimiento en la temporada de Fórmula 1, con problemas de fiabilidad y decisiones estratégicas que afectan sus resultados. La carrera en Miami dejó claros los desafíos internos del equipo, que busca mejorar en un contexto competitivo cada vez más exigente.

La temporada de Fórmula 1 2025 ya suma seis carreras disputadas y las expectativas en torno a Ferrari no se han cumplido hasta el momento. La escudería italiana, una de las con mayor tradición de la categoría, ha mostrado un rendimiento muy por debajo del potencial de su monoplaza SF-25.
La falta de fiabilidad técnica y las decisiones estratégicas erróneas han sido las principales causas de los pobres resultados que han obtenido en lo que va del año.
Hasta ahora, Charles Leclerc logró su único podio en Jeddah, ocupando la tercera posición, mientras que Lewis Hamilton, en la carrera de Bahréin, obtuvo su mejor resultado con un quinto puesto.
Sin embargo, estos logros no han sido suficientes para mejorar la situación de Ferrari, que en el Gran Premio de Miami vivió una jornada especialmente tensa y polémica.
El circuito del Hard Rock Stadium fue escenario de una carrera marcada por la lucha interna entre los pilotos de Ferrari y las decisiones estratégicas cuestionadas por el equipo y los análisis posteriores.
En esa ocasión, los McLaren protagonizaron una actuación sólida, con Oscar Piastri en la cabeza y Lando Norris en segunda posición, mientras que Mercedes también mostró un buen rendimiento con George Russell logrando un tercer puesto.
Por otro lado, Red Bull, con Max Verstappen, finalizó en cuarto lugar, consolidándose como el equipo dominante de la temporada.
El desencuentro interno en Ferrari quedó evidenciado en la radio del equipo, cuando los pilotos se enfrascaron en diálogos ásperos y órdenes de cambio de posición que perjudicaron a ambos en el desenlace.
Lewis Hamilton, por su parte, expresó su descontento con el trabajo del equipo, llegando a pedir directamente que le cambiaran el auto por uno de Lego que había sido utilizado en el desfile de pilotos, en una actitud que refleja su frustración.
Por su parte, Charles Leclerc también manifestó su malestar tras la carrera: "Fue un domingo muy difícil, con mucha frustración. Intenté mantener la radio en silencio porque no fue fácil. Perdimos mucho tiempo peleando entre nosotros en la pista. ¿Cuál es el objetivo: pelear entre compañeros o contra los rivales? Lo analizaremos internamente para mejorar. No basta con intentar hacer mejor las cosas, hay que hacerlo mejor realmente", afirmó el monegasco.
La pelea en pista se centró en una serie de incidentes que afectaron a Ferrari. Tras un Virtual Safety Car, Hamilton quedó detrás de Leclerc, pero con ritmo superior, reclamando al equipo que le ordenaran ceder la posición. La falta de respuesta llevó a una impaciencia evidente del piloto británico, quien manifestó: "Estoy arruinando mis neumáticos detrás de él. ¿Quieren que me quede sentado toda la carrera?". Ante la persistente queja, el equipo ordenó el intercambio de posiciones, lo que derivó en una reacción irónica de Hamilton: "Tómense un té mientras tanto.
No es un buen trabajo en equipo".
Mientras tanto, Leclerc, que mantenía gomas medias, expresó que el aire sucio y el sobrecalentamiento de neumáticos eran un problema, pero no pudo aprovechar una posible oportunidad de avanzar.
La estrategia de Ferrari, que en teoría debía beneficiar a ambos pilotos, se vio complicada por la decisión de devolverle la posición a Leclerc, aunque no logró remontar lo suficiente para pelear por una mejor posición.
A pesar de la tensión, Hamilton, en un último intento, pidió que también dejara pasar a su compañero Sainz, que estaba a solo 1.4 segundos, en busca de mejores resultados para el equipo. Finalmente, el británico terminó en octava posición con un comentario cargado de sarcasmo, calificando la situación como frustrante pero aceptándola con humor.
En declaraciones posteriores, Hamilton remarcó que conductas similares a las vividas en Miami son frecuentes y que la frustración es parte del deporte, aunque reconoce que la comunicación y la estrategia de Ferrari deben mejorar para obtener resultados más consistentes.
Leclerc, por su parte, lamentó no haber quedado un poco más arriba en la clasificación, atribuyendo parte de su mal rendimiento a errores en la estrategia y a la necesidad de una mejor comunicación interna.
En el contexto histórico de Ferrari en la Fórmula 1, la escudería italiana ha tenido altibajos, siendo campeona de multiple títulos mundiales en los años 2000 con pilotos como Michael Schumacher.
Sin embargo, en épocas recientes, ha atravesado periodos de incertidumbre y dificultades técnicas que han afectado su competitividad. La lucha interna y las decisiones estratégicas en Miami reflejan problemas que Ferrari debe solucionar para volver a ser protagonista en la máxima categoría del automovilismo.
La temporada promete aún más emociones y desafíos, y la investidura de nuevas normativas técnicas para 2026 genera expectativas sobre la posible recuperación de la escudería italiana, que busca retornar a la élite de la Fórmula 1.