Las jugadoras de Sri Lanka, Harshitha Samarawickrama y Nilakshika Silva, alcanzan nuevas posiciones en las clasificaciones mundiales tras una victoria histórica contra India en la serie tri-nacional. Este logro marca un momento importante en el desarrollo del cricket femenino en la isla y en el mundo.

El cricket femenino en Sri Lanka ha experimentado una notable transformación en los últimos años, consolidándose como una fuerza emergente en el escenario internacional.
La reciente victoria de las jugadoras nacionales en la serie tri-nacional, que las enfrentó contra India y Sudáfrica, ha generado un impacto positivo en sus clasificaciones mundiales y ha marcado un hito en la historia del deporte en la isla.
El pasado 6 de mayo, en Mumbai, las integrantes de Sri Lanka, Harshitha Samarawickrama y Nilakshika Silva, lograron avances significativos en las clasificaciones de la ICC para jugadoras de ODIs.
Este logro se produjo tras una actuación destacada en el partido contra India, donde ambas aportaron con medias de más de 50 carreras. La victoria, que fue la primera en más de cinco años contra la selección india en este formato, se considera un momento histórico y un símbolo del crecimiento del cricket femenino en Sri Lanka.
Para poner esto en contexto, Sri Lanka ha tenido una larga historia en el cricket, aunque tradicionalmente dominado por el críquet masculino. Sin embargo, en los últimos años, las mujeres han comenzado a destacar más en los escenarios internacionales, impulsadas por una mayor inversión en desarrollo y formación.
La victoria contra India no solo fue un logro deportivo, sino también un impulso moral y motivacional para las próximas generaciones de jugadoras.
En las clasificaciones mundiales, Samarawickrama ascendió nueve puestos y ahora ocupa la posición 18 en el ranking global de bateadoras de ODIs, mientras que Silva hizo un salto de 18 lugares, situándose en el puesto 25.
Estos avances reflejan su rendimiento excepcional en los últimos meses y la progresión del cricket femenino en Sri Lanka. La capitana del equipo, Chamari Athapaththu, también tuvo un papel destacado, logrando capturar tres wickets en el partido y mejorando 14 puestos en el ranking de boleristas, hasta situarse en el puesto 29.
Además, la veterana jugadora fue reconocida como una de las mejores all-rounders en la lista de la ICC.
Por otro lado, el cricket femenino en Sudáfrica también mostró avances. Laura Wolvaardt, capitana del equipo, mantiene su liderazgo como la mejor bateadora del mundo en ODIs, y su compañera Tazmin Brits subió 12 puestos en el ranking tras anotar un century en el inicio de la serie tri-nacional.
En el apartado de boleristas, Nadine de Klerk y Nonkululeko Mlaba lograron progresar en sus posiciones, consolidando la tendencia de mejora en la región.
Este incremento en las clasificaciones refleja no solo el talento individual de las jugadoras, sino también el crecimiento general del cricket femenino en Asia y África, regiones que están emergiendo como potencias en esta modalidad.
La historia del cricket femenino en Sri Lanka, que data de los años 80, ha pasado de ser una actividad marginal a convertirse en un deporte de referencia, con un aumento en el número de clubes, academias y programas de formación.
El interés en el deporte ha sido alimentado por la participación en eventos internacionales y por el apoyo de la Asociación de Cricket de Sri Lanka, que ha invertido en infraestructura y en la promoción del deporte entre las jóvenes.
La victoria contra India ha sido vista como un catalizador para que más niñas y mujeres se interesen en jugar cricket, consolidando un futuro prometedor para el deporte en la isla.
En conclusión, las jugadoras de Sri Lanka están en un momento de auge, con récords históricos y avances en las clasificaciones mundiales que reflejan el esfuerzo y dedicación del equipo.
La tendencia positiva en el rendimiento y el reconocimiento internacional augura un crecimiento sostenido del cricket femenino en Sri Lanka, inspirando a futuras generaciones a seguir sus pasos y llevando el deporte a nuevos niveles de competitividad y prestigio global.