El púgil argentino Fernando Martínez logra una reñida victoria por decisión unánime ante Kazuto Ioka en Tokio y mantiene su campeonato mundial supermosca de la AMB. La pelea, postergada por motivos de salud, fue un combate lleno de dramatismo y resistencia por parte del campeón, que continúa su racha invicta en el ámbito profesional.

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Luego de una espera que duró 131 días, Fernando Martínez pudo defender con éxito su título mundial supermosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en una combate muy disputado llevado a cabo en Tokio.

La pelea, que generó gran expectativa, concluyó con una decisión unánime a favor del argentino, quien demostró valentía, estrategia y resistencia ante el anfitrión Kazuto Ioka.

La victoria de Martínez en el Gimnasio General de Ota confirma su ascenso en la categoría y mantiene su récord invicto en peleas profesionales, con 18 victorias (9 por KO).

La historia de este enfrentamiento comenzó a gestarse meses atrás. La pelea originalmente estaba pactada para el 31 de diciembre del año pasado, pero fue pospuesta cuando Martínez contrajo influenza A, una enfermedad que en esa época afectó a numerosas personas en Japón y que obligó a reprogramar el combate.

La reprogramación, prevista inicialmente para finales de marzo, se extendió hasta mayo, generando una notable expectativa entre los aficionados del boxeo argentino y japonés.

La demora también afectó los ciclos de entrenamiento de ambos peleadores, quienes llegaron a Tokio tras meses de preparación en diferentes escenarios.

El combate fue una verdadera batalla de resistencia y técnica. Desde los primeros asaltos, Fernando Martínez demostró su intención de imponer su ritmo, mostrando eficacia en sus golpes con una buena movilidad en el ring.

Por su parte, Ioka, reconocido por su vasta experiencia y duros combates en varias categorías, optó por una estrategia defensiva, contragolpeando y buscando aprovechar cada oportunidad para sorprender a su rival con golpes potentes en las áreas blandas.

En el sexto y séptimo asalto, la pelea se intensificó. Ioka logró recortar la diferencia en las tarjetas, recuperándose tras un inicio favorable del argentino. La pelea se convirtió en un intercambio de golpes que mantuvo al público al borde de sus asientos en Tokio. El décimo asalto fue particularmente dramático, ya que Ioka conectó una serie de golpes peligrosos que hicieron que Martínez besara la lona. Aunque se levantó rápidamente, el golpe dejó una marca visible y pudo haber sido un momento decisivo si la pelea hubiera terminado allí.

Mostrando enorme carácter, Fernando Martínez se recompuso en los últimos dos asaltos, luchando con todo su corazón y plantándose en el centro del ring.

Este esfuerzo final en los asaltos decisivos fue clave para que los jueces otorgaran la victoria por tarjetas de 114-113, 114-112 y 117-110 a favor del argentino, en una decisión que reflejaba su constancia y determinación.

Martínez, de 33 años, salió airoso de su quinto combate mundialista, tras una larga espera que empezó el 31 de diciembre pasado. La victoria le permitió retener por primera vez el cinturón supermosca de la AMB, el único título mundial que posee en su carrera, y ahora busca unificación ante otros campeones en la categoría.

La preparación de Martínez fue intensa: tras recuperarse de la gripe, realizó entrenamientos en Buenos Aires y en Las Vegas, donde estuvo casi tres semanas haciendo sparring con varios rivales, antes de viajar a Tokio.

Mientras tanto, Kazuto Ioka, de 36 años, y con un amplio recorrido profesional de 35 peleas, estudia esta derrota como un impulso para próximas ocasiones.

El japonés, que fue el primer boxeador en ganar títulos en cuatro categorías diferentes en Japón, consideró esta pelea como una oportunidad para demostrar que aún tiene mucho que ofrecer.

Su preparación en Tokio incluyó alrededor de 100 rounds de sparring con varios oponentes, enfocándose en mejorar su resistencia y estrategia para este duelo.

El historial entre ambos boxeadores muestra que en su primer enfrentamiento, en julio pasado, Martínez dominó a Ioka con claridad, logrando una victoria por decisión en Tokio.

En aquella ocasión, el argentino se llevó tanto el título de la AMB como el de la FIB, aunque en esta revancha, el título en juego fue solo de la AMB, tras que Martínez renunciara a la FIB debido a una orden de defensa obligatoria.

Ambos peleadores now se preparan para futuras estrategias, con el objetivo de seguir dominando en la categoría. Martínez ha manifestado su interés en una posible unificación en breve, mientras que Ioka, que considera este combate como su última oportunidad, busca volver a consagrarse campeón mundial.

Este combate, sin duda, pasará a la historia del boxeo argentino y japonés como uno de los enfrentamientos más emocionantes en la categoría supermosca en los últimos años, mostrando la perseverancia y el espíritu competitivo que caracterizan a estos deportistas.

La pelea también reafirma la vigencia del boxeo en Japón, un país con una larga tradición en el deporte, y la capacidad de los argentinos para mantenerse en la élite mundial.