La delegación argentina llegó a Lyon con buen ánimo, dispuesta a enfrentar a Irak y Ucrania, pero con conciencia de los retos que plantean sus adversarios.
La Selección Argentina Sub-23 ha aterrizado en la vibrante ciudad de Lyon, donde se alista para afrontar sus próximos encuentros en el grupo, enfrentando a equipos tan competitivos como Irak y Ucrania.
A su llegada, fueron recibidos por un espléndido sol que iluminaba el cielo azul claro de la metrópoli francesa.
La delegación se hospeda en un elegante hotel ubicado en el reconocido Parc de la Tête d'Or, un entorno privilegiado que les permite disfrutar de la serenidad del jardin y la belleza que el lugar ofrece, justo frente al caudaloso Río Ródano.
"Estamos más tranquilos", confesó un integrante del cuerpo técnico.
Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que en el mismo complejo, que forma parte de la Cité Internationale, se alojan otras selecciones rivales, incluida la iraquí. La tarde del jueves, cerca de 30 aficionados iraquíes se acercaron al hotel y se mostraron entusiastas al ver a Julián Álvarez salir.
La escena se tornó caótica, con los fans rodeando al jugador, quien accedió a tomarse fotos con los aficionados, hasta que se hicieron presentes miembros de seguridad para despejar el área.
Desde la distancia, Javier Mascherano observaba la situación mientras aguardaba el traslado al Estadio Raymond Troussier para la sesión de entrenamiento.
"Lo que ocurrió, ocurrió y ya está. No me gusta buscar excusas.
Les dije a los chicos que debemos mirar hacia adelante, buscando los seis puntos que nos asegurarían la clasificación.
Esto debe llenarnos de motivación para lo que se viene", comentó Masche, subrayando la necesidad de mantener la concentración y optimismo.
Pese a los incidentes, el equipo ha hecho una revisión crítica de su victoria ante Marruecos.
El cuerpo técnico ha analizado en profundidad el rendimiento, notando que en la primera mitad les costó establecer conexiones efectivas, especialmente con Thiago Almada, quien alternó entre la defensa y el ataque.
Al analizar el juego rival, se percibió un elevado nivel físico por parte de los futbolistas africanos, pero a medida que el partido avanzaba, Argentina encontró más espacios para jugar, lo que resultó en una segunda mitad más positiva.
Giuliano Simeone, hijo del reconocido entrenador del Atlético de Madrid, logró marcar un gol en el partido contra Marruecos y podría tener la oportunidad de ser titular en el próximo encuentro ante Irak.
"Posee la pasión y fuerza de su padre.
Se encuentra en excelente forma física", afirmaron desde el cuerpo técnico sobre este joven talento.
Aún queda la práctica del viernes para ultimar la alineación, con cambios esperados, como la entrada de Ezequiel Fernández por Santiago Hezze y la de Bruno Amione por Julio Soler.
La situación de Giuliano es un poco más compleja, ya que Mascherano tendría que decidir entre dejar en la banca a un jugador con experiencia.
Si decide ponerlo como delantero, Lucas Beltrán podría ser el sacrificado; mientras que, si se opta por una función más de volante, Kevin Zenón podría ser el que ceda su puesto.
Las decisiones que se tomen serán cruciales para el rendimiento del equipo en los días venideros.