El Gobierno catalán y diversos actores sociales y políticos han ratificado un acuerdo conjunto para garantizar el futuro del catalán mediante acciones concretas en diferentes ámbitos de la sociedad hasta el año 2030.

En Cataluña, el Gobierno autonómico junto a un amplio colectivo de representantes políticos y sociales han firmado el Pacto Nacional por la Lengua Catalana, un compromiso de carácter colectivo para asegurar la vitalidad y el crecimiento del catalán en los próximos años.
Este acuerdo, que establece una hoja de ruta con metas concretas para 2030, se estructura en nueve grandes ámbitos de actuación y 21 acciones diferentes que abarcan todos los aspectos de la vida moderna en la región.
El pacto contempla, entre sus principales objetivos, una política lingüística que permita afrontar los desafíos actuales que enfrenta la lengua catalana, asegurando su presencia en todos los ámbitos institucionales, sociales y económicos.
Además, se busca incrementar la base de hablantes, promover la competencia en el idioma y consolidar su uso en el entorno laboral, educativo, cultural y en los servicios públicos.
Uno de los hitos destacados es lograr que, para 2030, el catalán sea una lengua plenamente oficial en instituciones públicas, empresas y servicios, promoviendo un modelo de gestión que favorezca su uso cotidiano.
En términos educativos, el acuerdo plantea fortalecer el acceso a la lengua en todos los niveles y garantizar la cohesión social a través de un modelo universitario que fomente el uso y el aprendizaje del catalán.
A nivel de la población adulta, se implementarán programas específicos para aumentar el dominio del idioma, con especial énfasis en el entorno laboral, donde el catalán debe convertirse en una herramienta clave para la profesionalización y el crecimiento económico.
También se promoverá una oferta cultural y comunicativa que no solo refuerce el uso del catalán, sino que también ayude a potenciar la identidad y el sentido de pertenencia entre los habitantes.
El acuerdo establece acciones concretas hasta 2025 como inicio de su implementación. Entre ellas, destaca una campaña de bienvenida para las nuevas personas en la región, en la que se les informará acerca de la realidad lingüística del país y se facilitará el acceso a recursos para aprender catalán desde su llegada.
Además, se pondrá en marcha un plan específico para fomentar su competencia en el mundo laboral, promoviendo cursos y acreditaciones que avalen el dominio del idioma.
Otra medida importante será la creación de un modelo de gestión lingüística para que los ayuntamientos puedan desarrollar líneas de actuación acordes a este plan, además de subvenciones destinadas a incentivar el aprendizaje y uso del catalán.
También se contempla un plan de asesoramiento y formación dirigido a comercios para facilitar el cumplimiento de la normativa de uso del idioma, y campañas destinadas a motivar tanto a quienes ya hablan catalán como a quienes están en proceso de aprenderlo.
Estas acciones, que se irán desplegando de forma progresiva y serán revisadas anualmente, buscan garantizar que la lengua catalana siga siendo una parte esencial de la identidad catalana y que su uso crezca de manera sostenida en todos los ámbitos sociales.
El compromiso firmado representa un paso importante en la historia lingüística de Cataluña, un esfuerzo colectivo que refleja la voluntad de mantener viva una cultura y una identidad que son fundamentales para la región y sus habitantes.