La consejera de Agricultura se reúne con la Comunidad de Regantes para discutir el aumento de tarifas de riego y la nueva planta fotovoltaica.
La Junta de Castilla y León ha iniciado el proceso de licitación para la construcción de una planta fotovoltaica en el Páramo Bajo, con una inversión total de 16,3 millones de euros (aproximadamente 17,3 millones de dólares).
Esta instalación de energía solar tiene como objetivo proporcionar energía sostenible a un sistema de riego que abarca 24.000 hectáreas en la región, beneficiando a más de 6.700 agricultores de la Comunidad de Regantes.
La consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, María González Corral, compartió esta información durante una reunión con los representantes de la Comunidad de Regantes.
En este encuentro también se abordaron otros temas relevantes, como las inversiones totales de la Junta en la zona, que ascienden a casi 107 millones de euros.
El proyecto se financiará en un 50% por la Junta y la Comunidad de Regantes, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL).
La instalación de esta planta solar es parte de un plan más amplio que busca mejorar la eficiencia energética en las comunidades de regantes. La consejera destacó que este esfuerzo no solo favorece el uso eficiente del agua, sino que también ayuda a reducir los costos de producción en las explotaciones agrícolas.
El plan general contempla una inversión total de 63,2 millones de euros, que permitirá que el sistema de riego de 92.300 hectáreas utilice energía solar, superando en un 50% el objetivo inicial de 60.000 hectáreas.
La planta proyectada tiene la capacidad de generar más de 17,7 millones de kWh al año, lo que se traduce en un ahorro significativo, ya que se estima que evitará la emisión de alrededor de 6.100 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Este avance representa una culminación importante en la reestructuración integral de las explotaciones agrícolas de una de las zonas de regadío más extensas de Castilla y León.
El impulso a la agricultura de regadío es fundamental, ya que este tipo de agricultura permite que las comunidades rurales mantengan su población. Se ha demostrado que las zonas de regadío presentan densidades de población tres veces superiores a las áreas no regables, además de generar una inversión seis veces mayor en comparación con las zonas de secano.
A pesar de estos avances, los regantes han expresado su preocupación por el aumento de la tarifa de uso del agua, que ha sido establecido por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).
Esta tarifa incluye los costos de mantenimiento y energía de la estación de bombeo de Villalobar, un gasto que los regantes consideran excesivo, sobre todo porque el organismo de cuenca ha asumido estos costos durante los últimos 28 años como una alternativa a la construcción de un pantano.
La consejera se comprometió a discutir esta problemática en una próxima reunión con la presidenta de la CHD, con el propósito de garantizar que la viabilidad de las explotaciones agrícolas y el futuro de la modernización del Páramo Bajo no se vean comprometidos.
Este tipo de proyectos son cruciales para asegurar el desarrollo sostenible de la agricultura en la región y para fomentar un futuro más verde y eficiente en el uso de recursos.