Una masa de aire cálido procedente de África provoca temperaturas récord en Castilla y León, elevando el riesgo de incendios forestales y afectando a toda la comunidad.

La entrada de una masa de aire muy cálido y seco, proveniente del interior del continente africano, ha sido identificada por los expertos como la principal responsable de este fenómeno meteorológico.

Según supuestamente los registros históricos, en algunas provincias se han superado los 40 grados Celsius, lo que equivale aproximadamente a unos 104 grados Fahrenheit, una cifra que supuestamente no se alcanzaba desde hace más de 50 años.

Este episodio de calor extremo comenzó a notarse a partir de las 12:00 horas y se prevé que se mantenga durante varios días, afectando especialmente a las horas centrales del día.

Las temperaturas máximas en provincias como Salamanca, Valladolid y León se han situado en torno a los 39 a 42 grados Celsius, es decir, aproximadamente entre 102 y 107 grados Fahrenheit, mientras que las mínimas no han bajado de los 20 grados Celsius (68 grados Fahrenheit).

Este incremento en las temperaturas ha generado un alto riesgo de incendios forestales, que supuestamente ya se han iniciado en varias zonas de la comunidad, agravando la situación de sequía y vulnerabilidad ambiental.

La temporada de peligro alto de #incendios forestales en Castilla y León, que comenzó oficialmente el 12 de junio, se ha visto intensificada por estas condiciones extremas.

La combinación de temperaturas elevadas, baja humedad relativa y la presencia de vientos moderados ha incrementado la probabilidad de que los focos de fuego se propaguen rápidamente, poniendo en riesgo tanto los espacios naturales como a las comunidades cercanas.

Las autoridades han pedido a la población extremar las precauciones y evitar cualquier actividad que pueda generar incendios, como el uso de fuego en el campo o la quema de restos vegetales.

En respuesta a esta situación, el Centro Coordinador de Emergencias ha reforzado su vigilancia y seguimiento operativo, coordinándose con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para monitorizar la evolución del episodio.

La alerta permanecerá activa mientras las condiciones de calor extremo continúen

La alerta permanecerá activa mientras las condiciones de calor extremo continúen, y se espera que las temperaturas puedan seguir siendo elevadas durante al menos los próximos tres días.

Para hacer frente a esta ola de calor, las autoridades recomiendan a los ciudadanos adoptar medidas de autoprotección. Entre ellas, se aconseja evitar salir durante las horarios centrales del día, que en esta época suelen ser entre las 12:00 y las 18:00 horas, y mantenerse bien hidratados consumiendo líquidos en abundancia, preferiblemente agua y zumos de fruta ligeramente fríos.

Además, se recomienda evitar comidas copiosas, optar por frutas y verduras, y reducir la actividad física en exteriores. Es fundamental vestir ropa ligera, de tejidos naturales y colores claros, además de protegerse con sombrero, gafas de sol y protector solar.

También se sugiere permanecer en espacios ventilados o con aire acondicionado tanto en el hogar como en el trabajo. Durante las horas de mayor calor, se recomienda bajar las persianas y cerrar las ventanas, abriéndolas por la noche para ventilar las viviendas. En el caso de conducir, se aconseja no dejar niños ni personas mayores en el interior del vehículo con las ventanillas cerradas. La comunidad debe colaborar siguiendo las recomendaciones y ayudando a quienes puedan estar en mayor riesgo por los efectos del calor.

Supuestamente, estos fenómenos de calor extremo en #Castilla y León no solo representan un desafío para la salud pública, sino que también reflejan un patrón de cambios climáticos que, con el tiempo, podrían hacer que episodios similares sean más frecuentes y severos.

La historia muestra que las olas de calor han sido responsables de numerosos incidentes y pérdidas humanas en diferentes partes del mundo, y en esta ocasión, la comunidad debe estar preparada para afrontar las consecuencias de este fenómeno climático que, presuntamente, se ha intensificado en los últimos años.

En conclusión, la situación requiere de la colaboración activa de todos los niveles de la sociedad para minimizar los riesgos asociados a esta ola de calor, que amenaza tanto a las personas como al medio ambiente.