La iglesia de Santiago en Zaragoza, considerada una de las más antiguas de la ciudad, fue demolida debido a su mal estado de conservación. Aunque poseía elementos decorativos románicos de gran valor, el templo quedó en ruinas y sin culto. El patrimonio artístico que albergaba fue distribuido entre otros templos de la archidiócesis.
En la ciudad de Zaragoza se encontraba la iglesia de Santiago, considerada una de las más antiguas de la zona.
Era famosa por ser el lugar de reunión de los jurados en el pasado, aunque actualmente ya no existe.
La devoción a Santiago en Zaragoza era muy importante, ya que se creía que el apóstol había recibido la visita de María durante su estancia en la ciudad.
La iglesia estaba ubicada cerca de la catedral del Salvador, en la esquina de lo que ahora es la calle Santiago.
Se trataba de un templo relativamente pequeño, pero con elementos decorativos románicos de gran valor.
Lamentablemente, debido a su mal estado de conservación, el templo quedó en ruinas y sin culto en el último cuarto del siglo XIX. Antes de su demolición, el patrimonio artístico que albergaba fue distribuido entre varios templos de la archidiócesis.
Actualmente, solo se conservan algunas piezas, la mayoría de las cuales se encuentran en el Museo Provincial y en el Palacio Arzobispal de Zaragoza.
Es importante destacar que la iglesia de Santiago no debe confundirse con la iglesia parroquial de Santiago el Mayor, que es un templo barroco y el único resto que queda del antiguo convento de San Ildefonso.
Este convento fue abandonado debido a la desamortización de Mendizábal en el año 1835.
Un dibujo del año 1874 muestra una parte poco conocida de la iglesia de Santiago.
Según se puede apreciar en la imagen, el templo tenía una bóveda de crucería y una sola nave con capillas laterales.
El acceso principal se encontraba en el lado del evangelio.
Este dibujo, de autor anónimo, es una de las pocas representaciones visuales que existen de la iglesia.
En resumen, la iglesia de Santiago en Zaragoza, considerada una de las más antiguas de la ciudad, fue demolida debido a su mal estado de conservación.
Aunque poseía elementos decorativos románicos de gran valor, el templo quedó en ruinas y sin culto.
El patrimonio artístico que albergaba fue distribuido entre otros templos de la archidiócesis.