El Ayuntamiento anuncia la restauración integral del memorial dedicado a las 43 víctimas del accidente del metro de 2006, preparado para el vigésimo aniversario, con intervención de la artista Anja Krakowski y mejoras técnicas.
València avanza en la puesta en marcha de la restauración integral del monumento que rinde homenaje a las 43 personas fallecidas en el accidente del metro ocurrido en 2006, con motivo del vigésimo aniversario del suceso.
El Ayuntamiento ha informado que las intervenciones se desarrollarán a lo largo del primer semestre de 2026, tras la evaluación de los informes técnicos y la tramitación del contrato administrativo necesario.
Este memorial, donado en 2016 por la artista alemana afincada en la ciudad, Anja Krakowski, se sitúa en una pequeña zona ajardinada del cruce de Sant Vicent Màrtir con Mestre Sosa y Roís de Corella, en la curva donde se produjo la tragedia, y está formado por cuatro tabiques de vidrio laminado, situados en dos ángulos de 90 grados sobre muretes de hormigón.
Sobre ellos descansan 43 relojes blancos, uno por cada víctima, que marcaban la hora de la pérdida, exactamente las 13:03, y siete relojes negros que completan la composición memorial.
La valoración actual del monumento asciende a 18.500 euros, según consta en la ficha técnica municipal. Donado en 2016 al Ayuntamiento, el memorial ha sido objeto de seguimiento por parte de la Oficina Técnica de Restauración y Mantenimiento de Monumentos, dependiente del Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico, que ha inspeccionado el conjunto para identificar deficiencias y proponer medidas que aseguren la longevidad de la obra.
En las inspecciones se ha observado que 21 de las 43 esferas blancas se han desplazado de su posición original, lo que impide que marquen la hora exacta del siniestro, un indicio que se atribuye, entre otros factores, a la vibración del paso inferior del metro y a una fijación que podría no haber sido suficientemente robusta desde la instalación.
En cuanto a las esferas negras, todas han perdido color y presentan desgaste por la exposición solar; además, se han detectado restos de pegatinas en el vidrio exterior.
Otras deficiencias reportadas incluyen condensación de vapor de agua en el interior de varias esferas y la ausencia de tornillería en algunas piezas, junto con una placa inferior de la peana que no facilita el acceso a los datos que la asociación de víctimas mantenía en su servidor.
También se observó en la cara posterior de la obra una esfera rota, lo que añade complejidad a la conservación del conjunto. Con estos hallazgos, el Servicio de Patrimonio Histórico y Artístico propone varias medidas: sustituir las esferas dañadas por el efecto de la condensación y la acción del sol, fijarlas de forma adecuada a las carcasas, sellar la unión entre el perfil y el vidrio exterior, reponer la tornillería desaparecida y reinstalar la placa de la base para recuperar la información que la red de víctimas tenía expuesta.
Asimismo, se evaluará la posibilidad de colocar un atril metálico con código QR cercano al monumento para facilitar el acceso digital a la información sobre el accidente, una propuesta que pretendería reforzar su función educativa y de memoria colectiva.
El concejal de Acción Cultural, Patrimonio y Recursos Culturales, José Luis Moreno, subraya que el objetivo es devolver el brillo al memorial, preservando su imagen original y su simbolismo como espacio de recuerdo de las 43 personas que perdieron la vida aquel día.
Moreno añade que la intervención se llevará a cabo con la participación de la autora de la obra, de los familiares y de la plataforma que agrupa a las víctimas, siempre con el máximo respeto, empatía y sensibilidad.
La intervención busca, además, garantizar que el memorial siga siendo un referente de memoria y reflexión para la ciudadanía, sin perder su función didáctica.
Aunque los detalles de ejecución dependen de las valoraciones técnicas y económicas, la intención municipal es entregar un montaje que permita que el conjunto luzca en las mejores condiciones posibles para la celebración del 20º aniversario del suceso.
Este proyecto se inscribe en la trayectoria de València de conservar su patrimonio cultural y de mantener vivas las historias que forman parte de la memoria colectiva de la ciudad, respetando el legado de las víctimas y la labor de las familias afectadas.
En síntesis, el plan municipal para la restauración del monumento de las víctimas del metro en València no solo busca restaurar una pieza de arte público, sino también reforzar su papel como testimonio vivo de una tragedia que marcó a la ciudad y a toda una generación.
El proceso, que se desarrollará en el marco de la conmemoración de 2026, pretende garantizar que la memoria permanezca intacta para las futuras generaciones, combinando cuidado técnico, diálogo con las víctimas y su familia, y un enfoque pedagógico que acerque el monumento a residentes y visitantes.
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