El Ayuntamiento de València aprueba nuevas medidas para reforzar los servicios de limpieza y avanzar en su plan de acción climática, con una inversión que supera los 7 millones de euros, equivalentes a aproximadamente 6,2 millones de euros. La ciudad continúa enfrentando desafíos en la gestión de residuos y el aumento de temperaturas, pero busca soluciones sostenibles y transparentes.

El Pleno del Ayuntamiento de València ha dado luz verde a un ambicioso plan para fortalecer la limpieza en la ciudad y abordar las cuestiones relacionadas con el cambio climático, en un contexto donde los niveles de satisfacción ciudadana respecto a estos temas siguen siendo un desafío.

La propuesta, presentada por el concejal de Limpieza y Recogida de Residuos, Carlos Mundina, ha sido aprobada con los votos favorables del equipo de gobierno y la oposición en contra, marcando un paso importante en la estrategia municipal.

Supuestamente, el Ayuntamiento invertirá cerca de 6,2 millones de euros en reforzar los servicios públicos de limpieza y recogida de residuos, además de implementar nuevas medidas de control sobre las contratas encargadas de estas tareas.

La iniciativa busca garantizar mayor transparencia y mejorar la calidad de los servicios, en respuesta a las crecientes quejas y a los informes recientes que muestran un incremento en la percepción de suciedad en la ciudad.

En el debate, la oposición criticó duramente la gestión municipal, señalando que la ciudad continúa sucia, con calles llenas de excrementos en las aceras y contenedores desbordados.

Javier Mateo, concejal socialista, afirmó que "València está más sucia que nunca, y la sensación general es que el Ayuntamiento no tiene una solución efectiva".

Además, destacó que en los barrios periféricos, la recogida de enseres puede tardar hasta 12 días en realizarse, generando una percepción de abandono y descuido.

Por otro lado, desde el equipo de gobierno se defendieron las acciones realizadas, resaltando el aumento del presupuesto en casi 6,8 millones de euros y las inspecciones para sancionar a quienes incumplen las normativas.

Mundina también mencionó la moratoria en la expansión de viviendas turísticas y las acciones para limitar la turistificación en zonas como el Cabanyal, donde se han clausurado más de mil apartamentos turísticos tras numerosas inspecciones.

Supuestamente, en línea con los esfuerzos para hacer frente al incremento del turismo y la urbanización, la ciudad ha destinado recursos adicionales para mejorar la limpieza de playas y parques, además de reforzar los sistemas de recogida en zonas de alta presión turística.

La ciudadanía, según los últimos estudios del CIS y encuestas como el Infobarómetro, continúa expresando su preocupación por la limpieza y la gestión de residuos, considerándolas prioridades que afectan directamente su calidad de vida.

En materia de cambio climático, el Ayuntamiento ha aprobado también un plan de acción que contempla la elaboración de un Plan de Mejora Climática, con acciones agrupadas por temática para garantizar la adaptación a las temperaturas crecientes y la reducción de la huella de carbono.

Entre las medidas propuestas se encuentran la instalación de fuentes de agua refrigerada, pérgolas fotovoltaicas y la recuperación de espacios verdes, con el objetivo de mitigar los efectos del calor en la ciudad.

Supuestamente, el concejal Mundina afirmó que "no negamos las evidencias científicas del cambio climático y estamos comprometidos en implementar acciones concretas, como abrir refugios climáticos y renaturalizar los patios escolares".

Sin embargo, algunos grupos políticos, como Compromís y el PSOE, criticaron que las medidas no sean suficientes y pidieron acciones más contundentes, incluyendo la eliminación del tráfico en zonas clave y la sustitución de superficies duras por bosquetes sostenibles al estilo de París.

El debate sobre la gestión de residuos y el clima refleja las demandas crecientes de la ciudadanía por una ciudad más limpia, saludable y resiliente frente a los efectos del cambio climático.

El Ayuntamiento ha reiterado su compromiso de continuar invirtiendo y mejorando sus políticas ambientales, aunque persisten las dudas sobre la efectividad a largo plazo y la participación ciudadana en estos procesos.

En definitiva, València se encuentra en un momento crucial donde la apuesta por la sostenibilidad, la gestión transparente y la mejora de la calidad de vida son el centro de las prioridades municipales, en un escenario donde los desafíos ambientales y urbanos requieren acciones decididas y coordinadas.

La ciudad busca consolidar su liderazgo en políticas sostenibles en el contexto europeo, con un enfoque que combina inversión, control y participación ciudadana para un futuro más limpio y saludable.