El Ayuntamiento de Valencia implementa cambios en cuatro intersecciones clave para reducir accidentes y proteger a los usuarios vulnerables.
El Ayuntamiento de Valencia ha puesto en marcha una serie de intervenciones destinadas a mejorar la seguridad vial en varios puntos críticos de la ciudad, donde se ha detectado un índice elevado de accidentes.
Esta iniciativa se basa en una auditoría reciente sobre seguridad vial, que identificó las áreas más problemáticas y propuso soluciones efectivas.
Entre los lugares que han sido objeto de atención se encuentran la plaza Saragossa, la intersección de Cardenal Benlloch con la avenida del Port, Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez y Gran Vía Ferran el Catòlic con Àngel Guimerà.
Una de las primeras acciones implementadas ha sido la señalización de los carriles en la plaza Saragossa, con el fin de organizar el flujo de vehículos y minimizar los conflictos en la rotonda.
Se había observado que los giros y salidas de esta glorieta generaban situaciones de peligro y colisiones. Para abordar este problema, se ha utilizado pintura especial para definir las trayectorias de los vehículos, lo que pretende reducir los accidentes en la zona.
Además, se han realizado modificaciones en la regulación semafórica. Un cambio significativo ha sido la eliminación del semáforo en amarillo intermitente al girar de la avenida de Aragó hacia la Albereda, que ahora cuenta con una luz roja fija.
Esta decisión busca proteger a los usuarios más vulnerables, como peatones y ciclistas, evitando así situaciones de riesgo.
En la intersección de Cardenal Benlloch con la avenida del Port, se ha trabajado para evitar que los vehículos invadan el carril bici. Se han creado separaciones mediante líneas continuas y flechas que dirigen a los automóviles en sus giros, garantizando así un uso más seguro de la vía para todos los usuarios.
Además, se han colocado viseras en los semáforos de peatones para evitar confusiones y colisiones, especialmente en momentos críticos cuando el semáforo cambia de estado.
Gran Vía Ferran el Catòlic con Àngel Guimerà es otro punto donde se ha intensificado la seguridad. Esta área es frecuentada por un gran número de peatones, y se han tomado medidas para aumentar el tiempo que los semáforos permanecen en rojo, garantizando así la protección de las personas que cruzan.
Desde el 2012, estos lugares han sido escenario de numerosos accidentes, afectando en su mayoría a coches y motocicletas, pero también a ciclistas y peatones.
En plaza Saragossa, por ejemplo, un 46% de los accidentes involucraron a turismos, mientras que en Cardenal Benlloch con la avenida del Port, el porcentaje fue del 44%.
Esta auditoría refleja la necesidad de implementar cambios urgentes y eficaces para mejorar la convivencia entre todos los usuarios de la vía.
Las acciones de mejora se extenderán durante el mes de febrero, con el objetivo de garantizar que las soluciones técnicas propuestas sean aplicables a otras infraestructuras similares en Valencia.
Con estas iniciativas, el Ayuntamiento busca no solo reducir el número de accidentes, sino también fomentar un entorno más seguro y accesible para todos, especialmente para aquellos que se desplazan en bicicleta o a pie.
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