El Ayuntamiento de València vuelve a solicitar a la Confederación del Júcar la limpieza del nuevo cauce del río Túria, ante la acumulación de vegetación y residuos tras recientes lluvias intensas.

El Ayuntamiento de València ha reiterado ante la Confederación Hidrográfica del Júcar la petición de realizar una limpieza urgente en el nuevo cauce del río Túria, específicamente desde el Assut del Repartiment hasta su desembocadura en el mar.

La decisión se toma en respuesta a la acumulación de vegetación de cañas, residuos y vertidos provocados presuntamente por las intensas lluvias que azotaron la región en octubre del año pasado, las cuales causaron daños considerables en la infraestructura.

Este cauce, que fue renovado tras una serie de obras de mejora y modernización, se encuentra en un estado de deterioro y abandono que preocupa a las autoridades locales, quienes consideran que la limpieza es imprescindible para garantizar su correcto funcionamiento y la capacidad de evacuación de aguas pluviales en situaciones de precipitación elevada.

La importancia de mantener el cauce en buenas condiciones no solo radica en la prevención de inundaciones, sino también en la protección de las zonas urbanas circundantes.

El consistorio ha solicitado a la Confederación del Júcar que remita un listado detallado y un cronograma de las actuaciones previstas para llevar a cabo la limpieza, dado que se acerca la segunda parte del año, período en el cual se esperan nuevas lluvias.

La preocupación radica en que, si no se realiza una intervención oportuna, la acumulación de vegetación y residuos pueda bloquear el paso del agua, aumentando así el riesgo de desbordamientos y daños a la infraestructura urbana.

El concejal portavoz, Juan Carlos Caballero, afirmó que “no podemos permitirnos esperar a que vuelva a producirse una tromba de agua para actuar, ya que la seguridad de los vecinos es una prioridad para el Ayuntamiento de València”.

Según su declaración, en el cauce del río ya se pueden observar cañas que superan el metro de altura, además de residuos sólidos y vertidos que, presuntamente, fueron provocados por las lluvias de octubre.

También se han detectado troncos de grandes dimensiones y otros obstáculos que actúan como diques de contención, agravando la situación.

Históricamente, las lluvias intensas en la cuenca del río Túria han causado graves inundaciones en la ciudad, como la registrada en 1957, que provocó daños millonarios y dejó varias víctimas.

La infraestructura del río ha sido objeto de múltiples obras de mejora a lo largo de los años, pero la acumulación de vegetación y residuos sigue siendo un problema recurrente.

Supuestamente, la Confederación del Júcar ha indicado que ya cuenta con un plan de limpieza, pero aún no ha dado una fecha concreta para su ejecución.

La última petición del Ayuntamiento fue enviada en febrero, acompañada de un informe técnico que detallaba las condiciones del río tras las lluvias.

Además, en junio, la Junta de Gobierno Local aprobó una moción en la misma línea, reafirmando la necesidad de actuar con urgencia.

El control y la gestión de las cuencas hidrográficas son fundamentales para prevenir desastres naturales en una ciudad que, como muchas otras en la región mediterránea, está cada vez más expuesta a eventos climáticos extremos.

La colaboración entre las instituciones y la rápida intervención en casos como este son claves para proteger a la población y mantener la infraestructura en condiciones óptimas.

La ciudadanía espera que, en breve, se puedan implementar las medidas necesarias para evitar futuras emergencias relacionadas con las lluvias y las crecidas del río Túria.