En solo seis meses, el sistema de peaje en Manhattan ha logrado disminuir considerablemente la congestión vehicular, aumentar el ingreso de fondos para mejoras en el transporte y potenciar la economía local, marcando un cambio positivo en la vida de los neoyorquinos.
Hace seis meses, el 5 de enero, entró en vigor en Nueva York un innovador programa de peaje urbano que ha transformado la forma en que la ciudad gestiona el tráfico en Manhattan.
La iniciativa, que comenzó a las 00:00 horas, tiene como objetivo reducir el embotellamiento en la zona de congestión y a la vez generar fondos para mejorar el sistema de transporte público.
Supuestamente, este sistema de cobro para los vehículos que ingresan en el área de la zona de alivio de congestión (CRZ) ha tenido un impacto muy positivo en la calidad de vida de los residentes y en la economía local.
El programa, que supuestamente es el primero en su tipo en una ciudad de estas dimensiones en Estados Unidos, ha logrado reducir en un 11% el ingreso de vehículos a la zona, lo que equivale a aproximadamente 55,000 autos menos por día, según datos de la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA).
En total, se han registrado más de 15 millones de vehículos menos en la zona desde su implementación, lo que supone un incremento en la fluidez del tráfico y una disminución de los tiempos de desplazamiento.
Este sistema de peaje ha permitido que los ingresos proyectados para 2025 alcancen aproximadamente 470 millones de euros (unos 505 millones de dólares), según las estimaciones iniciales.
Estos fondos están siendo utilizados para realizar inversiones históricas en la infraestructura de transporte de la ciudad, incluyendo la adquisición de 370 nuevos trenes y autobuses, además de mejoras en las señales y sistemas de control de tráfico en varias líneas de metro y ferrocarriles.
Supuestamente, la reducción en el tráfico también ha contribuido a disminuir los accidentes en la zona, con una caída del 14% en las colisiones y un descenso del 15% en lesiones relacionadas.
Además, los datos recientes del Departamento de Transporte de la ciudad revelan que los fallecimientos peatonales han llegado a mínimos históricos, iguales a los niveles de 2018.
Otra de las ventajas del programa ha sido la mejora en la calidad del aire y la reducción del ruido en la ciudad. Las quejas por bocinas y ruidos de vehículos han disminuido en un 45%, y los niveles de partículas finas en el aire (PM2.5) se han mantenido estables o en descenso en la mayoría de los puntos de monitoreo, según un informe del Departamento de Salud y Higiene Mental.
Por otro lado, el sistema de transporte público ha visto un notable incremento en el uso desde que inició el peaje. Entre enero y mayo de 2025, el número de pasajeros en todos los modos de transporte superó las cifras del mismo período del año anterior. La cantidad de pasajeros en el metro aumentó en un 7%, los autobuses en un 12%, el Long Island Rail Road en un 8% y el Metro-North en un 6%. Además, el servicio de Access-A-Ride creció un 21%. Estos incrementos reflejan que los neoyorquinos están optando cada vez más por el transporte público, beneficiándose también de mejoras en la puntualidad y velocidad de los servicios.
Supuestamente, estas mejoras en la movilidad han impulsado también la economía de la ciudad. Antes del sistema de peaje, las empresas y los residentes perdían aproximadamente 20 mil millones de euros (unos 21,5 mil millones de dólares) anualmente en horas perdidas en el tráfico.
Con la reducción del congestionamiento, se estima que los ahorros en tiempo podrían valer hasta 1.2 mil millones de euros (unos 1,3 mil millones de dólares) al año, favoreciendo entregas más rápidas, menores costos y una mayor competitividad.
La actividad comercial en el área también ha mostrado signos de recuperación y crecimiento. En mayo, la actividad peatonal en los distritos comerciales dentro de la CRZ aumentó en un 8.4% respecto al mismo mes del año anterior, mucho más que las zonas fuera del área, que solo crecieron un 2.7%. Las cifras de Broadway, por ejemplo, evidencian una temporada récord con ventas por 1.75 mil millones de euros (1.9 mil millones de dólares), y las ventas minoristas en general están en camino de crecer en aproximadamente 750 millones de euros (unos 810 millones de dólares) en 2025.
Supuestamente, la ciudad también ha registrado un aumento en el empleo, alcanzando casi 4.86 millones de trabajos en abril de 2025, un crecimiento del 1.6% respecto al año anterior. Esto supera la media nacional de incremento, que se sitúa en torno al 1.1%. Estas cifras reflejan que las inversiones en transporte y las políticas de gestión del tráfico están teniendo un efecto positivo tangible en la economía y en la calidad de vida de los habitantes de Nueva York.
Finalmente, la MTA ha anunciado que los fondos recaudados mediante el peaje urbano están siendo utilizados para financiar proyectos de gran envergadura, como la adquisición de 435 nuevos trenes, la modernización de señales en varias líneas y mejoras en la accesibilidad en 23 estaciones, incluyendo la instalación de nuevos ascensores y plataformas.
Además, se anunció que en 2025 se comenzará la segunda fase del proyecto de expansión de la Línea de la Segunda Avenida, que promete transformar aún más la movilidad en la ciudad.
Presuntamente, estos avances consolidan a Nueva York como un ejemplo de cómo una gestión innovadora y decidida puede transformar una de las ciudades más congestionadas del mundo en un ejemplo de movilidad sostenible y crecimiento económico.