Después de meses de trabajo y reparaciones, la línea A del metro que conecta la península de Rockaway con Nueva York ha sido restaurada, garantizando un servicio más resistente y confiable para miles de residentes. La obra incluyó la renovación de estructuras clave y mejoras en infraestructura contra eventos climáticos extremos.

La gobernadora Kathy Hochul junto con los responsables de la Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA) celebraron hoy la reapertura de la línea A del metro en la zona de Rockaway, después de una extensa fase de obras de rehabilitación y modernización.

Este servicio, esencial para los casi 125,000 residentes de la península, realiza diariamente alrededor de 12,500 viajes y conecta la comunidad con el resto de Nueva York, siendo una vía vital para sus habitantes.

La renovación de la línea forma parte de un ambicioso proyecto de resiliencia destinado a fortalecer la infraestructura contra los efectos del cambio climático y eventos meteorológicos extremos.

La línea, que sufrió daños considerables tras la supertormenta Sandy en 2012, fue sometida a reparaciones de emergencia en los meses posteriores a la catástrofe.

Sin embargo, muchas de sus estructuras tienen más de 65 años y requerían una intervención integral para garantizar su resistencia a futuros eventos.

Uno de los hitos principales fue la reconstrucción de Hammels Wye, una estructura elevada que todos los trenes deben cruzar para acceder a la península.

Antes de la obra, esta estructura había sufrido un desgaste significativo por la exposición prolongada a las inclemencias del tiempo. La nueva construcción incluyó 250 toneladas de acero, casi 487 metros de rieles, 37 vigas de acero, 700 durmientes de hormigón y 856 toneladas de balasto de piedra.

Además, todos los sistemas de señalización y energía fueron completamente modernizados. La nueva estructura permitirá, en el futuro, implementar sistemas avanzados de control de trenes, como CBTC (Control de Trenes Basado en Comunicación), que optimizarán aún más la seguridad y la eficiencia del servicio.

Otra pieza clave en la rehabilitación fue el Puente del Canal Sur, que debe abrirse para permitir el paso de embarcaciones por la Bahía de Jamaica.

La infraestructura, que también tiene más de 65 años, fue sometida a una profunda remodelación para actualizar sus componentes eléctricos y mecánicos, reduciendo significativamente los retrasos que anteriormente afectaban el servicio.

La reparación garantiza que el puente pueda operar de manera confiable durante décadas, incluso en condiciones climáticas adversas.

Para proteger la línea de futuras marejadas ciclónicas y aumentos del nivel del mar, se construyeron barreras contra olas de 3,6 metros de altura y 274 metros de longitud a lo largo de las vías.

Estas barreras, diseñadas según mapas de mareas futuras, buscan evitar inundaciones y daños estructurales similares a los ocasionados por Sandy. Además, se instalaron escolleras en la base del viaducto y los terraplenes para prevenir la erosión causada por las mareas y las tormentas.

Durante el período en que el servicio estuvo suspendido, el NYCT implementó un robusto sistema de transporte alternativo. Liderado por Hugo Zamora, se puso en marcha un tren lanzadera gratuito que conectó todas las estaciones de Rockaway, desde Far Rockaway hasta Rockaway Park.

Este servicio mantuvo una puntualidad del 100 % durante 67 días y superó el 90 % en casi todos los días, asegurando que los residentes pudieran desplazarse sin inconvenientes.

Además, más de 100 autobuses lanzadera, incluyendo rutas como Q97 y Q109, operaron de manera intensiva, con horarios extendidos y tarifas con descuentos para facilitar el acceso.

Las autoridades locales y líderes comunitarios expresaron su satisfacción por la finalización de las obras. La asambleísta Stacey Pheffer Amato destacó que “el regreso del tren A y el servicio de lanzadera son un logro fundamental para la comunidad, que ahora cuenta con un sistema de transporte más resistente y confiable”.

Por su parte, el asambleísta Khaleel Anderson subrayó que “el proceso de recuperación ha sido arduo, pero el resultado demuestra que la resiliencia y la inversión en infraestructura pueden transformar vidas y fortalecer nuestras comunidades”.

Este proyecto de rehabilitación también incluyó la construcción de barreras contra olas y la instalación de escolleras para proteger las vías de las mareas y las tormentas.

La inversión total en las obras supera los 150 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 140 millones de euros, reflejando el compromiso de la ciudad y la MTA con la seguridad y el bienestar de sus residentes.

Se espera que en los próximos meses continúen las obras de mantenimiento y mejoras, incluyendo la instalación de nuevas señales y sistemas de control en la línea.

La finalización completa del proyecto está prevista para finales de 2026, asegurando que la línea A del metro en Rockaway pueda seguir sirviendo a su comunidad durante muchas décadas más, con un servicio más seguro, eficiente y preparado para afrontar los desafíos del cambio climático.