La gobernadora Kathy Hochul llama a fortalecer las leyes de armas y coordinar esfuerzos a nivel nacional tras la reciente balacera en Midtown. La ciudad mantiene su liderazgo en políticas de control de armas, pero busca apoyo federal para prevenir futuras tragedias.
En un contexto de creciente preocupación por la violencia armada, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, realizó declaraciones en el programa matutino FOX 5’s “Good Day New York” para abordar la reciente balacera ocurrida en Midtown Manhattan.
Supuestamente, el incidente dejó varias víctimas y ha reavivado el debate sobre la necesidad de fortalecer las leyes de control de armas en todo Estados Unidos.
Hochul expresó su profunda tristeza y condena por el ataque, que supuestamente fue perpetrado con un arma de asalto cargada con un alto número de balas, similar a las que se usan en conflictos bélicos.
Según supuestamente informes preliminares, el atacante ingresó a un edificio de oficinas con la intención de causar daño, utilizando armas que, en la actualidad, están restringidas en el estado de Nueva York, uno de los lugares con las leyes más estrictas del país.
La gobernadora resaltó que, a pesar de las políticas locales, la facilidad con la que las armas cruzan las fronteras estatales representa una amenaza constante.
Supuestamente, en 1994, Estados Unidos implementó un veto de diez años a las armas de asalto, similar a las que se usaron en el ataque. Dicho veto fue levantado en 2004, en un momento en que supuestamente la influencia del lobby de armas, particularmente la NRA, debilitó las iniciativas para mantenerlas restringidas.
Hochul afirmó que la ciudad de Nueva York mantiene uno de los menores índices de homicidios con armas en el país, situándose en el segundo lugar después de Massachusetts.
Sin embargo, supuestamente, el problema radica en la facilidad con que los delincuentes pueden adquirir armas en otros estados y cruzarlas ilícitamente.
La gobernadora hizo un llamado a la acción federal, solicitando un regreso a un posible nuevo veto nacional de armas de asalto, similar al que existió en la década de los 90.
Durante su intervención, Hochul recordó que, en el pasado, incidentes como el ocurrido en Buffalo, donde un supremacista blanco mató a 10 personas en un supermercado, evidencian la gravedad del problema.
Supuestamente, estos ataques se motivan por prejuicios raciales y un acceso descontrolado a armas de alto calibre.
En relación a la salud mental, Hochul sostuvo que, aunque es un factor en algunos casos, no puede ser la excusa principal. Supuestamente, muchas personas sin problemas psiquiátricos también adquieren armas con fines violentos. La gobernadora criticó la permisividad en la venta de armas en tiendas y en línea, resaltando que armas diseñadas para el combate no deberían estar disponibles en la vida civil.
Hochul también mencionó que, tras el ataque en Midtown, los edificios corporativos están revisando y reforzando sus protocolos de seguridad. En el edificio de 345 Park Avenue, por ejemplo, supuestamente se implementaron entrenamientos de respuesta activa y sistemas de alerta para emergencias.
Sin embargo, advirtió que ningún sistema es infalible y que la presencia de armas de alto poder aumenta significativamente el riesgo de pérdida de vidas.
En un tono más personal, la gobernadora compartió que ha contactado a las familias de las víctimas, incluyendo a la viuda del oficial fallecido y a la familia de un ejecutivo de BlackRock, presuntamente uno de los afectados en el incidente.
Supuestamente, les expresó su apoyo y les recordó la fragilidad de la vida, instándolos a valorar cada momento con sus seres queridos.
En su cierre, Hochul reafirmó que Nueva York sigue siendo un ejemplo en políticas de control de armas, pero que la cooperación a nivel nacional es esencial para reducir la violencia.
La gobernadora pidió que se restablezca un veto federal a las armas de asalto, y que las autoridades y la sociedad civil trabajen en conjunto para evitar que tragedias similares vuelvan a ocurrir.
A pesar de las medidas tomadas, la tensión sigue en aumento, y las autoridades insisten en que la prevención requiere una acción coordinada, que incluya desde leyes más estrictas hasta campañas de concienciación sobre el uso responsable de las armas y la salud mental.
La ciudad de Nueva York, con su historia de liderazgo en la lucha contra la violencia armada, continúa llamando a toda la nación a unirse en este esfuerzo para hacer de Estados Unidos un lugar más seguro para todos.