Las autoridades de Nueva York advierten sobre temperaturas que podrían superar los 38°C y problemas de calidad del aire, tomando medidas para proteger a la población en medio de condiciones climáticas extremas.
Las autoridades del estado de Nueva York han emitido una serie de alertas debido a la persistente ola de calor que afecta a la región durante estos días de verano.
La gobernadora Kathy Hochul comunicó a los residentes que las temperaturas máximas podrían superar los 38°C (equivalentes a aproximadamente 100,4°F), acompañadas de condiciones de mala calidad del aire, especialmente en las áreas metropolitanas de Long Island y la ciudad de Nueva York.
Supuestamente, estas condiciones climáticas extremas no son solo una molestia, sino un riesgo real para la salud pública, y las agencias estatales están en máxima alerta para garantizar la protección de la población.
El Departamento de Conservación Ambiental y el Departamento de Salud del Estado de Nueva York, en conjunto, han lanzado avisos de salud que estarán vigentes desde hoy, 29 de julio, hasta el 30 de julio, en horarios comprendidos entre las 11:00 a.m. y las 11:00 p.m. para informar sobre los niveles de ozono y las condiciones de calor extremo.
Se estima que la sensación térmica en gran parte del estado ronde los 34°C (aproximadamente 93°F), con posibles picos superiores en regiones como Mid-Hudson, Long Island y la propia ciudad de Nueva York.
Estas temperaturas, combinadas con la humedad, aumentan significativamente el riesgo de golpes de calor, agotamiento por calor, y otros problemas asociados a las altas temperaturas.
El riesgo de tormentas eléctricas también se incrementa, y se presumen posibles eventos severos con vientos dañinos en varias regiones, incluyendo el Valle Mohawk y el Distrito Capital, antes de que un frente frío traiga condiciones más templadas para el fin de semana.
Además, el pronóstico indica lluvias intensas que podrían provocar inundaciones repentinas en áreas vulnerables.
Supuestamente, las autoridades recomiendan a los residentes limitar sus actividades al aire libre, mantenerse hidratados y buscar lugares con aire acondicionado o sombra para evitar complicaciones.
Especial énfasis se hace en proteger a los grupos más vulnerables, como niños, ancianos y personas con enfermedades cardíacas o respiratorias.
El Departamento de Conservación del Medio Ambiente ha puesto en marcha una nueva herramienta digital, el Panel de Riesgo de Calor y Enfermedades, que permite monitorear en tiempo real los datos relacionados con el calor extremo y ayuda a las comunidades a tomar decisiones informadas.
Por su parte, el sistema eléctrico del estado se encuentra en alerta ante la posibilidad de sobrecargas, dado que el uso de aire acondicionado y otros aparatos eléctricos aumenta la demanda.
Las empresas de servicios públicos disponen de un plan de contingencia y un equipo de aproximadamente 5,500 trabajadores listos para actuar en caso de fallas o emergencias.
En el ámbito del transporte, NYC Transit ha intensificado sus inspecciones y patrullas en vías y estaciones, asegurando que los trenes y autobuses cuenten con sistemas de aire acondicionado en funcionamiento y que las vías no presenten deformaciones por el calor.
Las cuadrillas de Long Island Rail Road y Metro-North también intensifican sus controles para responder rápidamente ante cualquier incidencia.
Se recomienda a los neoyorquinos consultar regularmente las alertas meteorológicas y de calidad del aire a través de las páginas oficiales y aplicaciones móviles, y seguir las instrucciones de las autoridades para evitar riesgos.
La historia climática del estado revela que, desde la década de 1930, Nueva York ha enfrentado varias olas de calor que han provocado olas de mortalidad, por lo que la preparación y la prevención son más necesarias que nunca en esta temporada.
Presuntamente, las medidas implementadas buscan reducir los impactos de estas condiciones extremas y proteger a toda la población durante estos días de verano.