La Gobernadora Kathy Hochul informó sobre la situación crítica en Queens y otras zonas afectadas por fuertes lluvias, movilizando recursos para atender emergencias y prevenir tragedias.

En un contexto de cambios climáticos cada vez más evidentes, la ciudad de Nueva York ha enfrentado una de sus jornadas más complicadas debido a intensas lluvias que han provocado graves inundaciones.

La Gobernadora Kathy Hochul, en una intervención en el canal ABC 7, actualizó a los residentes sobre la situación y las acciones que el gobierno estatal ha tomado para hacer frente a esta emergencia.

Supuestamente, las lluvias alcanzaron una intensidad de aproximadamente 12.7 centímetros (cinco pulgadas), concentradas principalmente en el distrito de Queens, una de las zonas más pobladas y vulnerables de la ciudad. La acumulación de agua causó que múltiples vehículos quedaran sumergidos, obligando a las autoridades a activar unidades de rescate en agua rápida para atender a las personas atrapadas.

La gobernadora explicó que, en previsión a este tipo de eventos, se desplegaron con anticipación diversos recursos, incluyendo vehículos de emergencia, generadores y equipos para restaurar rápidamente el suministro eléctrico, especialmente en el sistema de metro, que suele ser uno de los puntos más afectados en estos casos.

Gracias a estas medidas preventivas, se logró contener la situación y evitar un desastre aún mayor.

El pronóstico meteorológico, que predijo lluvias intensas en la tarde y noche, fue tomado en serio por las autoridades, que alertaron a la población sobre los peligros de conducir en condiciones de agua acumulada.

Supuestamente, solo seis pulgadas de agua —poco más de 15 centímetros— pueden convertir un vehículo en una especie de embarcación improvisada, poniendo en riesgo la vida de sus ocupantes.

Hochul señaló que, en total, se han declarado 14 condados en Estado de Emergencia, y que el Centro de Operaciones Estatal, compuesto por la Policía, la Agencia de Protección Ambiental y otros equipos especializados, permanece en alerta máxima.

La funcionaria agregó que, en lo que va del año, ya ha tenido que emitir seis órdenes de emergencia debido a eventos climáticos extremos, y que esta temporada parece ser una de las más complicadas en la historia reciente.

Supuestamente, la situación también ha generado preocupación en la población, que ha sido informada a través de advertencias anticipadas, incluso cuando el día empezó con un clima soleado y despejado.

La experiencia indica que, en estos casos, las condiciones pueden cambiar rápidamente, llevando a situaciones peligrosas como inundaciones repentinas y deslizamientos.

Desde hace décadas, Nueva York ha enfrentado fenómenos atmosféricos extremos, en parte atribuibles al cambio climático global. En 2012, por ejemplo, la ciudad sufrió una de las peores marejadas de su historia, conocida como el huracán Sandy, que causó daños por más de 50 mil millones de euros en aquel entonces.

La reciente serie de eventos meteorológicos refuerza la necesidad de fortalecer las infraestructuras y las políticas de gestión de emergencias.

Supuestamente, las autoridades continúan monitoreando la evolución de las condiciones climáticas y preparándose para posibles nuevas lluvias o tormentas en los próximos días.

La población, por su parte, es instada a mantenerse informada y seguir las recomendaciones oficiales para evitar riesgos innecesarios. La situación en Nueva York revela una realidad cada vez más frecuente en muchas ciudades del mundo, donde los fenómenos extremos parecen volverse la norma, exigiendo una respuesta rápida y coordinada de todos los niveles de gobierno.