El gobernador Kathy Hochul pide precaución ante la llegada de una potente tormenta de nieve que podría dejar más de 20 centímetros en varias regiones del estado, generando condiciones peligrosas en las carreteras y afectando las celebraciones de fin de año.
El gobernador Kathy Hochul advirtió a los residentes de Nueva York sobre la inminente llegada de una potente tormenta de nieve, pronosticada para comenzar desde la madrugada del martes, la cual podría ser la primera gran nevada del año en muchas áreas del estado.
Según las alertas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional, se esperan acumulaciones de nieve que podrían superar los 20 centímetros en regiones como el Sur del Estado, el Valle Mohawk, la zona Norte, Mid-Hudson y la Capital, donde las condiciones de conducción serán especialmente peligrosas durante las horas pico de la mañana y la noche.
Las advertencias de tormenta invernal y los avisos de acumulación de nieve están vigentes en estas áreas, mientras que en otras regiones, como el Western New York, Central New York, Finger Lakes y Mid-Hudson, se han emitido avisos meteorológicos que anticipan menos de 15 centímetros de nieve.
La presencia de nieve en estas zonas complicará el tránsito y requerirá extrema precaución por parte de los conductores, quienes deberán planificar sus desplazamientos con anticipación y evitar viajes innecesarios.
El impacto de la tormenta puede ser significativo, ya que las condiciones de manejo serán adversas durante las horas de mayor afluencia en las vías principales y secundarias.
La recomendación oficial es salir con suficiente tiempo y mantener una distancia segura respecto a las máquinas quitanieves que trabajan en las carreteras.
Además, se recomienda a los residentes estar atentos a las actualizaciones del clima y las alertas emitidas por las autoridades para evitar riesgos.
Históricamente, Nueva York ha sido escenario de algunas de las nevadas más intensas del siglo pasado, como la famosa nevada de 1888, conocida como la Gran Nevada de marzo, que dejó más de 150 centímetros en algunas localidades, paralizando la ciudad durante días.
Más recientemente, la tormenta Jonas en 2016 dejó acumulados cercanos a los 50 centímetros en varias áreas, generando caos en el transporte y en la vida cotidiana.
Supuestamente, las temperaturas durante la tormenta se mantendrán cerca de los 0°C, lo que incrementa el riesgo de heladas y formación de hielo en las carreteras, aumentando aún más la peligrosidad.
Además, las bajas temperaturas y el viento también podrían generar condiciones de congelamiento en las zonas urbanas y rurales, afectando a personas en situación de calle, quienes deben ser atendidas con mayor atención por los servicios sociales locales.
Las autoridades de transporte y servicios de emergencia están en alerta máxima. La Comisión de Transporte de Nueva York ha desplegado un operativo con más de 3,500 vehículos quitanieves y personal preparado para responder ante cualquier eventualidad.
La Autoridad del Túnel y la Autopista también tiene listos sus recursos, con más de 600 máquinas y un equipo de respuesta rápida que monitorea en tiempo real las condiciones del clima y las vías.
Por su parte, las compañías de servicios públicos han dispuesto a unos 5,000 empleados para atender posibles cortes de energía y daños en las infraestructuras.
Se recomienda a los residentes asegurarse de tener suministros básicos, como agua, alimentos, linternas y baterías, en caso de que la tormenta cause interrupciones.
En el ámbito de la seguridad vial, expertos recomiendan evitar conducir en las condiciones extremas, pero si es imprescindible, hacerlo con neumáticos adecuados, enciende las luces y mantén una velocidad moderada.
No se debe intentar adelantar a las máquinas quitanieves ni seguirlas demasiado de cerca, ya que su tamaño y peso dificultan la maniobrabilidad y pueden generar accidentes.
Finalmente, las autoridades instan a la población a mantenerse informada a través de las alertas oficiales, activar las notificaciones de emergencia en sus teléfonos móviles y seguir las recomendaciones para garantizar la seguridad de todos durante esta histórica nevada que, presuntamente, podría marcar un récord de precipitaciones en la región en lo que va del siglo XXI.
La preparación y la prudencia serán clave para afrontar este evento climático y proteger a las comunidades afectadas.