Las altas temperaturas y las tormentas severas en Nueva York movilizan a las autoridades para garantizar la seguridad de los residentes, implementando medidas de emergencia, ampliando servicios y ofreciendo recursos para hacer frente a la ola de calor.
Durante los últimos días, el estado de Nueva York ha estado enfrentando una intensa ola de calor que ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes para proteger a sus residentes.
La gobernadora Kathy Hochul ha emitido varias declaraciones en las que insta a la población a mantenerse segura y a tomar precauciones frente a temperaturas que alcanzan entre 32 y 41 grados Celsius (equivalentes a 90-106 grados Fahrenheit).
Supuestamente, estas temperaturas extremas no solo generan incomodidad, sino que también representan un riesgo significativo para la salud pública, especialmente para los adultos mayores, niños y personas con condiciones preexistentes.
La sensación térmica, que combina la temperatura real con la humedad, podría llegar a ser de hasta 39 grados Celsius (102 grados Fahrenheit), aumentando el peligro de golpes de calor y deshidratación.
Además, se prevén tormentas eléctricas severas en varias áreas del estado, acompañadas de vientos dañinos que podrían provocar daños en las infraestructuras y generar cortes de electricidad.
El fin de semana pasado, las tormentas dejaron a más de 100,000 hogares sin energía, especialmente en regiones del Valle del Hudson y zonas rurales, donde supuestamente los daños fueron considerables.
En respuesta, Hochul declaró el estado de emergencia en 32 condados, movilizando recursos y personal de emergencia para atender las afectaciones. La División de Seguridad Nacional y Servicios de Emergencia activó el Centro Estatal de Operaciones en Modo de Monitoreo Mejorado, en un esfuerzo por coordinar las tareas de respuesta y reparación.
Supuestamente, en algunos condados, se entregaron generadores y bombas de agua a las comunidades afectadas. Además, se habilitaron centros de enfriamiento en parques y edificios públicos, con horarios extendidos para facilitar que los residentes puedan refugiarse del calor.
La Oficina de Parques, Recreación y Preservación Histórica del Estado anunció que varias instalaciones de natación y zonas de descanso estarán abiertas hasta altas horas de la tarde en diferentes regiones, incluyendo el Valle del Hudson y la ciudad de Nueva York, para brindar alivio a quienes buscan escapar del calor.
Presuntamente, también se han implementado medidas para apoyar a los trabajadores agrícolas y a las comunidades rurales, donde las temperaturas pueden ser aún más extremas.
La colaboración con la Red de Educación sobre Desastres de Cornell (NY EDEN) busca monitorear los efectos del calor sobre la agricultura y los animales de granja, recomendando a los agricultores medidas preventivas como la provisión de agua fresca y sombra.
En las zonas urbanas, el Departamento de Servicios Públicos ha reportado casi 10,000 cortes de electricidad, afectando principalmente a zonas densamente pobladas.
Las empresas de energía, incluyendo National Grid y Con Edison, trabajan en la reposición del servicio, ya que el uso intensivo de aires acondicionados ha disparado la demanda eléctrica, alcanzando récords históricos en algunos casos.
Supuestamente, en respuesta a estos cortes, las autoridades están priorizando la restauración en las áreas más afectadas y han reforzado sus equipos con miles de trabajadores adicionales.
Además, se están realizando inspecciones preventivas en las subestaciones y líneas eléctricas para evitar fallos mayores.
En materia de salud pública, el Departamento de Salud del Estado ha emitido guías para prevenir enfermedades relacionadas con el calor, como golpes de calor y deshidratación.
Se recomienda a los residentes mantenerse en lugares frescos, hidratarse constantemente y evitar salir en las horas de mayor calor, que suelen ser entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde.
Los centros de enfriamiento y las clínicas móviles están disponibles en varias localidades para atender a quienes lo necesiten.
Supuestamente, también se ha reforzado la vigilancia en los hospitales y residencias de ancianos, donde el riesgo de complicaciones aumenta durante las olas de calor.
La distribución de protocolos y recursos busca reducir los efectos adversos y garantizar la atención adecuada.
En áreas rurales y parques naturales, el DEC advierte sobre los peligros de actividades al aire libre bajo estas condiciones climáticas. Se recomienda llevar al menos 2 litros de agua por persona, usar ropa adecuada, protector solar y evitar rutas largas o peligrosas. Los senderistas y campistas deben consultar las condiciones de los senderos y seguir las recomendaciones para prevenir golpes de calor y hipotermia, en caso de tormentas repentinas.
En conclusión, las autoridades neoyorquinas continúan trabajando para mitigar los efectos de esta ola de calor extremo, implementando medidas de emergencia, ampliando recursos y promoviendo la conciencia ciudadana.
La colaboración entre diferentes departamentos y organizaciones será clave para reducir los riesgos y garantizar la seguridad de todos los habitantes del estado en estos días críticos.