El aeropuerto de Binghamton en el sur de Nueva York ha sido completamente renovado con una inversión de aproximadamente 30 millones de euros, convirtiéndose en un moderno punto de entrada que potenciará el turismo y el desarrollo económico de la región.

El aeropuerto de Greater Binghamton en el sur de Nueva York ha sido sometido a una profunda transformación que lo posiciona como un modelo de modernización en la región.

La gobernadora Kathy Hochul anunció hoy que la obra, que contó con una inversión aproximada de 30 millones de euros, ya está finalizada, marcando un hito en el desarrollo del transporte en el estado.

Este proyecto, financiado con 30 millones de euros provenientes del fondo de revitalización y desarrollo aeroportuario del estado, busca no solo mejorar las instalaciones, sino también convertir al aeropuerto en un motor económico para toda la zona del sur de Nueva York, conocida como el Southern Tier.

Supuestamente, la renovación del aeropuerto de Binghamton forma parte de una estrategia más amplia del gobierno estatal para modernizar la infraestructura aeroportuaria en áreas rurales y suburbanas, con el objetivo de atraer más turistas y facilitar el comercio local.

La inversión total, que superó los 27 millones de euros, permitió reimaginar el terminal principal, mejorando el flujo de pasajeros y creando un ambiente que refleja la belleza natural de los alrededores, con elementos de diseño que incorporan madera y vistas panorámicas de las colinas y bosques cercanos.

Además, supuestamente se reconfiguró la carretera de acceso principal, se trasladó la terminal de aviación general al edificio principal de pasajeros, y se realizaron mejoras en los sistemas de seguridad y control de tráfico, incluyendo una nueva zona de control TSA y puentes de embarque de última generación.

La iniciativa también contempló la creación de más de 500 empleos durante su construcción, contribuyendo a la recuperación económica de la región tras los impactos de la pandemia.

La terminal renovada ahora cuenta con un lobby de boletos rediseñado, áreas de salida y llegada más amplias, y una sala de espera moderna y confortable.

Los trabajos incluyeron también mejoras en el sistema HVAC, la instalación de un nuevo sistema de control de estacionamiento y la implementación de un sistema de gestión de ingresos para el estacionamiento, con el fin de optimizar los recursos y ofrecer mejores servicios a los usuarios.

Supuestamente, el aeropuerto de Binghamton es un punto clave para empresas locales como Lockheed Martin, BAE Systems y la Universidad de Binghamton, que dependen de conexiones aéreas eficientes para sus operaciones.

Aunque el aeropuerto fue construido en 1945, su infraestructura no había sido renovada en más de 20 años, por lo que estas mejoras representan un avance importante en la competitividad del sur de Nueva York.

El impacto económico estimado de la renovación supera los 50 millones de euros anuales, según datos de un estudio del Departamento de Transporte del estado.

La modernización también forma parte de una iniciativa estatal que busca fortalecer los aeropuertos en áreas rurales, promoviendo la inversión privada y pública para que estas infraestructuras estén a la altura de los estándares del siglo XXI.

Supuestamente, la inversión en el aeropuerto de Binghamton ha sido respaldada por fondos federales, como los aprobados en la Ley de Infraestructura Bipartidista, que destinó más de 14 millones de euros a proyectos de revitalización en diferentes aeropuertos del estado.

La senadora Kirsten Gillibrand y el senador Chuck Schumer han destacado que estas mejoras facilitarán la llegada de turistas internacionales y potenciarán la economía local, que busca recuperarse y crecer tras años de desafíos.

Con esta modernización, el aeropuerto de Binghamton pretende convertirse en un ejemplo de cómo las inversiones en infraestructura pueden transformar una región, generando empleo, fomentando el turismo y posicionando a la zona como un destino atractivo tanto para viajeros de negocios como de placer.

La región del sur de Nueva York, que abarca desde Buffalo hasta Binghamton, continúa esforzándose por fortalecer su presencia en el mapa de la movilidad aérea del país, con proyectos que prometen un futuro más próspero y conectado.