La gobernadora Kathy Hochul impulsa una ley que prohíbe el uso de teléfonos inteligentes durante toda la jornada escolar en los colegios públicos de Nueva York, con el objetivo de mejorar la concentración y el bienestar de los estudiantes a partir del próximo curso académico.
La gobernadora Kathy Hochul anunció hoy una importante iniciativa destinada a transformar el entorno escolar en Nueva York mediante la implementación de restricciones en el uso de teléfonos inteligentes durante toda la jornada escolar.
La medida, que entrará en vigor en el otoño del próximo año, busca reducir las distracciones y promover un ambiente de aprendizaje más enfocado y saludable para los estudiantes.
Supuestamente, esta política se inspira en los resultados de varios distritos escolares que ya han adoptado medidas similares, como el Distrito Central de North Syracuse, que recientemente finalizó la implementación de su plan de escuelas libres de distracciones.
En dicho distrito, supuestamente, se prohibió el uso de teléfonos durante toda la jornada, permitiendo únicamente dispositivos sin conexión a internet o aquellos autorizados para fines específicos, como emergencias o necesidades médicas.
La ley de Escuelas Libres de Distracciones, firmada por Hochul, establece que todos los distritos escolares públicos de K-12 en el estado deben tener lista una política que limite el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos conectados a internet desde el timbre de entrada hasta la salida, incluyendo periodos de descanso y almuerzo.
La normativa obliga a las instituciones educativas a publicar sus planes antes del 1 de agosto, y más de 400 distritos ya han presentado sus propuestas para el próximo ciclo escolar.
Supuestamente, el objetivo principal de esta política es mejorar la calidad del aprendizaje y la salud mental de los estudiantes. La iniciativa también contempla un fondo de aproximadamente 12,000 euros (equivalente a 13.5 millones de dólares) para ayudar a las escuelas en la adquisición de soluciones de almacenamiento de dispositivos, garantizando así espacios libres de distracciones.
Además, la ley permite a las instituciones educativas desarrollar sus propios protocolos para gestionar el almacenamiento y uso de teléfonos, brindando flexibilidad a los administradores y docentes para adaptarse a las necesidades específicas de cada escuela.
Se prevé que los centros puedan ofrecer a los padres una forma de contacto en caso de emergencias durante el día escolar.
Supuestamente, también se establece que los alumnos podrán seguir usando teléfonos sencillos sin conexión a internet o dispositivos como laptops o tablets proporcionados por la escuela para actividades académicas.
Sin embargo, se contemplan varias exenciones, en casos donde el uso del teléfono sea necesario por motivos médicos, para traducciones, emergencias familiares o situaciones similares, siempre que así lo indique un Programa Educativo Individualizado (IEP).
El asambleísta William Magnarelli expresó su apoyo a la medida, afirmando que “ya era hora de que se tomaran acciones para reducir las distracciones en las aulas.
La prohibición de teléfonos móviles ayudará a que los estudiantes se concentren mejor en sus lecciones y facilitará una interacción más significativa entre ellos”.
Por su parte, Al Stirpe agregó que “eliminar los teléfonos inteligentes en las escuelas es fundamental para crear entornos propicios para el aprendizaje, fomentando la socialización y el desarrollo integral de los estudiantes, además de mejorar su salud mental”.
Supuestamente, esta iniciativa surge tras una gira estatal de escucha que Hochul realizó con docentes, padres y estudiantes, en la que se destacaron los beneficios de eliminar las distracciones digitales.
En su informe titulado “Más aprendizaje, menos desplazamiento: Creando escuelas sin distracciones”, la gobernadora resaltó que los teléfonos inteligentes distraen, inhiben la creatividad y afectan negativamente la salud mental.
La política también busca promover actividades presenciales como clubes, deportes y arte, para fortalecer el sentido de comunidad en las escuelas. Según expertos, la implementación de estas restricciones no compromete la seguridad, ya que las instituciones pueden establecer protocolos adecuados para emergencias y comunicación con los padres.
Supuestamente, en la historia de la educación en Nueva York, las distracciones digitales se han convertido en uno de los principales obstáculos para un aprendizaje efectivo.
Desde la introducción de los primeros teléfonos móviles en los años 2000, las escuelas han enfrentado desafíos crecientes para gestionar su uso. Ahora, con esta nueva legislación, se pretende dar un paso decisivo hacia entornos educativos más enfocados y saludables, en línea con las tendencias globales que promueven la desconexión digital en las aulas.
La medida se enmarca en una tendencia más amplia en Estados Unidos, donde varias ciudades están adoptando políticas similares para proteger el bienestar de los estudiantes y mejorar la calidad de la educación.