Científicos en Alberta están estudiando las aguas residuales para detectar el virus del sarampión, buscando una herramienta early warning que permita identificar brotes antes de que aumentenlas cifras oficiales. La iniciativa, que utiliza tecnología desarrollada durante la pandemia de COVID-19, aspira a optimizar la respuesta sanitaria y evitar que el aumento de casos pase desapercibido.
En la provincia de Alberta, Canadá, un equipo de investigadores está llevando a cabo un estudio innovador que busca detectar el virus del sarampión a través del análisis de aguas residuales.
La iniciativa surge en un contexto donde los brotes de sarampión han incrementado rápidamente, poniendo en peligro a la población no inmunizada y generando preocupación entre las autoridades sanitarias.
A diferencia de las pruebas clínicas tradicionales, esta tecnología permite obtener una visión general de la circulación del virus en la comunidad sin necesidad de detectar casos individuales.
El método, que comenzó a aplicarse en abril de 2025, aprovecha la infraestructura y experiencia adquirida durante la gestión del COVID-19. Los investigadores, liderados por científicos de la Universidad de Alberta, recopilan muestras de aguas residuales de 12 plantas de tratamiento en toda la provincia semanalmente.
Los laboratorios analizan esas muestras para detectar la presencia de material genético del virus del sarampión, identificando tanto infecciones activas como la eliminación post vacunal, una estrategia que permite entender la magnitud del brote y su evolución en el tiempo.
Este tipo de vigilancia, conocida como 'monitoreo de aguas residuales', se ha convertido en una herramienta crucial en la gestión de pandemias, ya que permite detectar incrementos en la carga viral semanas antes de que los casos clínicos sean reportados oficialmente.
En la actual situación en Alberta, los casos notificados superan ampliamente las cifras oficiales, ya que muchos pacientes no se someten a pruebas o los síntomas pasan desapercibidos.
El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede ocasionar complicaciones severas, como neumonía, encefalitis y muerte, especialmente en niños no inmunizados.
El riesgo aumenta en aquellos que no han recibido la vacuna o cuya inmunidad no ha sido adecuada. Según datos recientes, más de 100 residentes han sido hospitalizados esta año en Alberta por esta causa, lo que refuerza la necesidad de medidas preventivas eficaces.
Los resultados preliminares del estudio indican una creciente presencia del virus en las aguas residuales, lo que coincide con la tendencia de incremento en casos reportados.
La capacidad de detectar la circulación viral de manera anticipada sería un avance significativo para la salud pública, permitiendo implementar intervenciones tempranas.
Sin embargo, expertos advierten que la tecnología requiere ser complementada con otros métodos y que se necesita mayor inversión en vigilancia epidemiológica.
Xiaoli Pang, quien lideró el desarrollo de la tecnología de monitoreo en Alberta, explica que las muestras pueden revelar variaciones en la carga viral en semanas, proporcionando un indicador temprano de posibles brotes.
La dificultad radica en que, debido a limitaciones en la frecuencia de muestreo y en la cantidad de análisis, la vigilancia no se realiza en tiempo real, lo cual es un reto a superar.
Es importante destacar que la vigilancia en aguas residuales no puede reemplazar las pruebas clínicas, sino que actúa como complementario, brindando una vista panorámica que ayuda a orientar decisiones de salud pública en momentos cruciales.
La provincia de Alberta ha expresado su interés en potenciar esta estrategia, y en la actualidad, las autoridades evalúan los datos obtenidos para definir acciones futuras.
A pesar de los avances tecnológicos, el financiamiento para la vigilancia en aguas residuales ha disminuido desde los picos de la pandemia de COVID-19.
Pang y su equipo subrayan la importancia de mantener y ampliar estos esfuerzos, considerando que la vigilancia de aguas residuales puede ser clave para detectar no solo el sarampión, sino también otras enfermedades emergentes.
A nivel global, países como Estados Unidos y el Reino Unido han implementado con éxito programas similares, obteniendo resultados que han permitido anticipar brotes y reducir la propagación de enfermedades.
Con la creciente tendencia de movimientos antivacunas y quienes omiten la inmunización, la vigilancia ambiental se vuelve aún más relevante.
En conclusión, el análisis de aguas residuales en Alberta representa una estrategia prometedora para mejorar la detección temprana del sarampión y otras enfermedades infecciosas.
A medida que la tecnología avanza y se fortalecen las capacidades, esta modalidad podría convertirse en un pilar fundamental en los sistemas de vigilancia epidemiológica, ayudando a salvar vidas mediante la detección oportuna y la respuesta rápida.