La compañía tecnológica Intel ha comenzado una serie de despidos en su sede principal en Santa Clara, Estados Unidos, y ha cerrado su unidad automotriz, en medio de una profunda reestructuración que afectará a miles de empleados a nivel mundial. La medida forma parte de una estrategia para reducir costos y reorganizar su negocio en un contexto de desafíos financieros y avances en inteligencia artificial.

La reconocida empresa de semiconductores Intel ha iniciado un proceso de ajuste en su plantilla en su sede central ubicada en Santa Clara, California, Estados Unidos.

Según informaron fuentes cercanas a la compañía, se han reducido aproximadamente 107 puestos de trabajo en la sede principal, en un movimiento que forma parte de una estrategia global de reestructuración.

Este proceso también ha incluido el cierre de su división automotriz, la cual se dedicaba al desarrollo de tecnología para vehículos conectados y autónomos.

Supuestamente, estos despidos afectan principalmente a roles de alto nivel, como ingenieros de diseño físico, arquitectos en la nube, gerentes de proyectos y vicepresidentes de TI.

La compañía habría entregado notificaciones de despido con un período de aviso de 60 días, acompañadas de paquetes de indemnización que incluyen hasta nueve semanas de salario y beneficios, según informes internos.

Este movimiento ocurre en un momento en el que Intel, bajo la dirección del nuevo CEO Lip-Bu Tan, busca reducir su base de costos y optimizar su estructura organizacional.

Se estima que, en el marco de estos cambios, la reducción total en su fuerza laboral global podría alcanzar entre el 15% y el 20%. Se prevé que en julio de 2025, la compañía pueda despedir aproximadamente 10,000 empleados en diferentes regiones.

La decisión de eliminar ciertos puestos de trabajo se produce en un contexto de desafíos económicos para la industria tecnológica, donde varias empresas enfrentan dificultades para mantener sus márgenes de beneficio ante la competencia feroz y los avances en inteligencia artificial y automatización.

Intel, en particular, ha decidido externalizar gran parte de su marketing global a firmas como Accenture, confiando en las capacidades de la IA para mejorar la relación con sus clientes.

Además del ajuste en su plantilla, Intel ha anunciado el cierre de su unidad automotriz, que supuestamente contribuye con chips que alimentan más de 50 millones de vehículos en todo el mundo.

Aunque la compañía no ha divulgado cifras financieras específicas, se sabe que la decisión afectará a la mayoría de su personal en esa división, quienes serán reasignados o despedidos en los próximos meses.

El cierre de esta unidad automotriz marca un giro estratégico para Intel, que originalmente se había posicionado como proveedor clave en el sector de tecnología para automóviles conectados y autónomos desde hace varios años.

La decisión de presuntamente abandonar este segmento responde a la necesidad de centrarse en áreas más rentables y en el desarrollo de nuevas tecnologías de chips para centros de datos, inteligencia artificial y otros ámbitos prioritarios.

Por otro lado, Intel continúa enfrentando una competencia cada vez mayor de otras grandes firmas como AMD, NVIDIA y Qualcomm, que también invierten fuertemente en IA y componentes electrónicos de alta gama.

La compañía, fundada en 1968, ha sido pionera en la industria de semiconductores y ha jugado un papel fundamental en la historia tecnológica mundial, desde la revolución de los ordenadores personales hasta la actualidad.

En resumen, Intel se encuentra en un proceso de transformación que incluye recortes significativos en su plantilla, cierre de divisiones no estratégicas y una apuesta decidida por la inteligencia artificial y tecnologías avanzadas.

Aunque estos cambios pueden generar incertidumbre en el corto plazo, la compañía pretende consolidar su posición en el mercado global de semiconductores y seguir siendo un actor relevante en la innovación tecnológica.