Google acuerda pagar más de 1.200 millones de euros para resolver acusaciones de incumplimiento en la protección de datos en Texas, marcando un récord en multas por privacidad en Estados Unidos.

El gigante tecnológico Google ha llegado a un acuerdo con el estado de Texas para pagar una suma que supera los 1.200 millones de euros, en respuesta a una serie de acusaciones relacionadas con la protección de datos de sus usuarios. Este acuerdo, que representa una de las multas más elevadas en la historia de Estados Unidos por violaciones a la privacidad, surge tras años de disputas legales iniciadas por el fiscal general de Texas, Ken Paxton.

En 2022, Paxton presentó una demanda contra Google, alegando que la empresa había llevado a cabo prácticas ilegales de seguimiento y recopilación de información privada de sus usuarios sin su consentimiento explícito.

La acusación señalaba que Google rastreaba movimientos, búsquedas privadas, datos biométricos y hasta la geometría facial, a través de sus diferentes productos y servicios, incluyendo su modo de navegación incógnito y funciones de ubicación.

Este tipo de prácticas no son nuevas en la historia de la tecnología. Desde los primeros días de internet, las grandes compañías han sido cuestionadas por la forma en que gestionan los datos de sus usuarios. Sin embargo, en los últimos años, la preocupación por la privacidad ha aumentado significativamente, llevando a regulaciones más estrictas en muchas partes del mundo, especialmente en la Unión Europea con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que entró en vigor en 2018 y estableció un marco legal más severo para las empresas que manejan información personal.

El acuerdo alcanzado con Texas, que equivale a aproximadamente 1.230 millones de euros según la conversión actual, supera con creces las multas anteriores impuestas a Google por violaciones similares en otros estados, que en conjunto no excedían los 87 millones de euros.

La cantidad pagada por Google en Texas es un claro mensaje de que las prácticas de recopilación de datos sin transparencia pueden tener consecuencias económicas severas.

El fiscal general Paxton enfatizó que esta resolución representa una victoria significativa para la protección de la privacidad en Texas. En sus declaraciones, afirmó que “en Texas, las grandes tecnológicas no están por encima de la ley”. Además, agregó que Google había estado rastreando a sus usuarios de manera clandestina, recopilando datos que luego podrían ser utilizados para fines comerciales sin el consentimiento informado de los afectados.

Por su parte, Google manifestó que el acuerdo resuelve varias demandas relacionadas con funciones específicas de sus productos, como el modo de navegación incógnito, el historial de ubicaciones y temas relacionados con biometría.

La compañía también indicó que no admitía ninguna culpa en estos hechos y que las políticas de sus productos habían sido modificadas hace tiempo para cumplir con las regulaciones actuales.

Este caso no es aislado. En los últimos años, diferentes países y estados han incrementado la vigilancia sobre las grandes empresas tecnológicas, imponiendo multas millonarias y estableciendo nuevas normativas.

La Unión Europea, por ejemplo, ha impuesto multas millonarias a empresas como Google y Facebook por incumplimientos en la protección de datos. En Estados Unidos, regulaciones como la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA) buscan fortalecer los derechos de los usuarios.

Además, el escándalo de privacidad de Google en Texas se enmarca en una tendencia global de mayor conciencia social acerca de cómo las corporaciones manejan la información personal.

La presión ciudadana y las regulaciones gubernamentales están llevando a las empresas a revisar y ajustar sus políticas, con el objetivo de proteger la privacidad y evitar sanciones económicas similares en el futuro.

En conclusión, el acuerdo millonario de Google con Texas no solo implica una multa récord, sino que también refleja un cambio en la forma en que las empresas tecnológicas deben gestionar los datos de sus usuarios.

La protección de la privacidad se ha convertido en un asunto prioritario para los reguladores y consumidores por igual, marcando un capítulo importante en la regulación de la tecnología en Estados Unidos y el mundo.