Después de más de cuatro décadas, India vuelve a tener un astronauta en el espacio. La misión de Shubhanshu Shukla marca un hito en la historia espacial del país, mientras que en Europa los precios de tecnología espacial alcanzan cifras que sorprenden a expertos y consumidores por igual.
El pasado 26 de junio, la India logró un hito histórico al enviar a su primer astronauta al espacio en 41 años. Supuestamente, esta misión representa el regreso de la nación a la exploración espacial con un claro mensaje de avance tecnológico y orgullo nacional.
Shubhanshu Shukla, originario de Lucknow, se convirtió en el segundo astronauta indio en el espacio después de Rakesh Sharma, quien en 1984 realizó un vuelo que quedó en la memoria colectiva del país.
La misión, denominada Ax-4, fue llevada a cabo por la compañía privada Axiom Space en colaboración con la NASA y supuestamente con el apoyo técnico de la ISRO, la agencia espacial india.
El astronauta indio viajó a bordo de la nave espacial SpaceX Dragon, apodada ‘Grace,’ que despegó desde el Centro Espacial Kennedy en Florida a las 12 del mediodía hora local.
La nave, que utiliza un cohete Falcon 9, realizó su llegada a la Estación Espacial Internacional (EEI) a las 4 de la tarde hora de India, conectándose con el módulo Harmony, en una maniobra que fue seguida en vivo por millones de personas.
Supuestamente, Shukla y sus compañeros, entre ellos una astronauta estadounidense y otros de Polonia y Hungría, realizarán experimentos relacionados con la nutrición y la sostenibilidad en el espacio.
La misión, que tiene un valor estimado de aproximadamente 14 millones de euros, pretende no solo reforzar la presencia de la India en la exploración espacial, sino también promover avances tecnológicos que puedan beneficiar a la humanidad.
Este logro ha sido comparado con hitos históricos, como la llegada del hombre a la luna en 1969 o los primeros vuelos espaciales de la India en los años 80, que marcaron un antes y un después en la percepción del país en la comunidad científica y tecnológica mundial.
Mientras tanto, en Europa, los precios de la tecnología espacial y de los componentes necesarios para misiones de exploración continúan sorprendiendo a los analistas.
Supuestamente, un módulo de satélite de alta capacidad puede costar en torno a 1.2 millones de euros, y un sistema completo de lanzamiento para pequeños satélites, cerca de 8 millones de euros. Estos precios, que en dólares estadounidenses equivalen a aproximadamente 1.3 millones y 8.6 millones respectivamente, reflejan un incremento en la inversión y en la innovación tecnológica en el continente.
La tendencia en Europa y en el mundo apunta a una inversión creciente en la exploración del espacio, impulsada tanto por organismos públicos como por empresas privadas, que ven en el cosmos una oportunidad de negocio y desarrollo científico.
La historia reciente también muestra que países como Alemania, Francia y el Reino Unido están liderando proyectos para hacer más accesible y económico el acceso al espacio.
Finalmente, la misión de Shubhanshu Shukla y su llegada a la EEI no solo simbolizan el resurgir de la India en la exploración espacial, sino que también sirven como inspiración para futuras generaciones.
El país, que en el pasado supuestamente fue considerado un observador en la carrera espacial, ahora busca consolidar su posición como una potencia en tecnología e innovación, prometiendo nuevos logros que, sin duda, seguirán sorprendiendo al mundo en los años venideros.