Revisión periodística sobre cómo la IA ha intensificado los recortes laborales en 2025, con cifras de Layoffs.Fyi, y las proyecciones para 2026, además de un caso destacado en Luxemburgo.

Mumbai, 26 de diciembre de 2025: a punto de cerrar el año, se auguran cientos de despidos adicionales a medida que las empresas ajustan sus plantillas ante la ola de avances en inteligencia artificial.

Este año la IA ha dominado muchos sectores, impulsando el rendimiento de las empresas y, presuntamente, contribuyendo a la eliminación de puestos de trabajo.

Según Layoffs.Fyi, 122,549 personas perdieron su empleo en 2025, repartidas en 257 compañías; en 2024, 152,922 despidos afectaron a 551 firmas. Aun con reestructuraciones y esfuerzos orientados al crecimiento, las empresas siguen anunciando despidos de forma irregular, lo que mantiene la tensión en el mercado laboral global.

Supuestamente, la reacción de los mercados ante estas noticias se mantiene dividida: algunos inversores ven la automatización como una vía necesaria para ganar eficiencia, mientras otros la interpretan como una señal de fragilidad económica que podría acrecentar la volatilidad de las acciones.

En cualquier caso, la narrativa de una revolución de la productividad impulsada por la IA continúa estando en el centro de las discusiones entre directivos y analistas.

Entre los datos destacables de 2025, figura la observación de que, pese a recortes y ajustes, la inversión en tecnología y IA no se ha frenado de forma general.

La expectativa es que la adopción de herramientas inteligentes siga acelerándose, con efectos mixtos en el empleo: menos puestos en tareas repetitivas, pero posibles crecimientos en áreas de diseño, seguridad y supervisión tecnológica.

Este marco histórico de automatización ha mostrado picos de reducción de personal tras periodos de expansión tecnológico, y algunos analistas señalan que la combinación entre automatización y reorganización puede producir ajustes más estructurales en ciertos sectores.

En un caso que ha atraído atención particular, Amazon anunció recortes de 370 puestos en su sede de Luxemburgo, lo que representa aproximadamente el 8,5% de la plantilla local.

Originalmente se preveían 470 despidos, y las negociaciones con representantes de los trabajadores llevaron a una reducción adicional del volumen. Según analistas, se trata de la mayor reducción de empleo en Luxemburgo en más de dos décadas, en un país que se ha convertido en un centro clave para la logística y la tecnología en la región.

Otras grandes compañías, entre ellas Meta, Intel, Dell, Microsoft y Google, han anunciado también reducciones de personal en distintos frentes, en ocasiones presentando las medidas como reestructuraciones necesarias para ganar agilidad ante una economía cada vez más impulsada por la automatización.

Presuntamente, Goldman Sachs ha colocado en el centro de su narrativa para 2026 la posibilidad de que la era de despidos impulsados por IA empiece a suavizarse, aunque advierte que la trayectoria dependerá de la velocidad de adopción de nuevas tecnologías y de cómo las empresas gestionen la transición de sus plantillas.

El consenso entre inversores es ambivalente: algunos ven en la reducción de puestos una señal de eficiencia, mientras otros temen que los recortes sigan siendo un arma de dación de resultados a corto plazo que podría afectar el consumo y la inversión.

Históricamente, la automatización ha sido un eje de reajustes laborales desde hace más de una década, con oleadas de cambios tras crisis económicas y avances tecnológicos.

En ese marco, 2025 ha mostrado que la IA no solo desplaza tareas repetitivas, sino que también redefine perfiles profesionales y la forma de colaborar entre equipos.

En paralelo, se observan esfuerzos públicos y privados por reorientar trabajadores hacia roles que requieren capacidades analíticas, creatividad y gestión de procesos impulsados por la inteligencia artificial.

A medida que nos acercamos a 2026, los observadores señalan dos tendencias centrales: por un lado, una mayor énfasis en la capacitación y la readaptación para mitigar los impactos de la automatización; por otro, una cautela creciente en la comunicación corporativa sobre despidos, con el objetivo de sostener la confianza de empleados, inversores y clientes.

En este escenario, la pregunta dominante es si la ola de recortes por IA se normalizará o si veremos nuevas rondas de reajustes que reconfiguren por completo el mapa laboral en sectores clave de la economía global.