Tras una larga ausencia, la marca japonesa Isuzu retoma su participación en el segmento de pickups medianas en Argentina con la llegada de la modelo D-Max, que se produce en Tailandia y está disponible en dos versiones. La renovada camioneta, presentada globalmente en 2019, llega tras un retraso debido a dificultades en las importaciones. Se posiciona como una alternativa confiable y robusta frente a competidores como Toyota Hilux y Ford Ranger.

Después de un período de ausencia en el mercado local, Isuzu ha restaurado su presencia en Argentina con la introducción de la tercera generación de su emblemática pickup D-Max.

La llegada de este modelo marca un paso importante para la marca japonesa en un segmento altamente competitivo, dominado por modelos de Toyota, Ford, Volkswagen, Nissan y Chevrolet.

La nueva Isuzu D-Max, que se fabrica en Tailandia, fue presentada mundialmente en 2019 y ahora hace su debut oficial en el país, tras un retraso debido a las restricciones a la importación que afectaron a muchas marcas en los últimos años.

La camioneta viene en dos versiones, LS y LSE, ambas con configuración de doble cabina, motor turbodiésel, transmisión automática y sistema de tracción 4x4, aspectos que la hacen apta para trabajos duros y uso cotidiano.

El modelo mantiene una estética moderna pero robusta, con cambios en el diseño frontal, que incluye un capó renovado, una parrilla más grande y alta, y faros con luces LED.

En la parte trasera, cuenta con ópticas LED que aportan mejor visibilidad y un aspecto más actualizado. Sus dimensiones son de aproximadamente 5,27 metros de largo, 1,87 metros de ancho y 1,81 metros de alto, con una distancia entre ejes de 3,13 metros. La capacidad de carga máxima alcanza los 1.050 kilos, demostrando su versatilidad y capacidad de trabajo.

El interior ofrece una experiencia moderna, con una pantalla táctil de 9 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento, tapizados en cuero y un panel de instrumentos digital que se amplió a 7 pulgadas.

La versión LS incluye ventajas como asientos con regulación eléctrica, calefaccionados y con tapizado de cuero negro, además de aire acondicionado dual y seis airbags (frontales, laterales y de cortina).

La versión LSE añade airbags de rodilla para el conductor, sensores traseros de estacionamiento y un tapizado bi-tono en cuero marrón y negro.

El corazón mecánico de la D-Max es un motor turbodiésel de 3.0 litros que desarrolla 187 caballos de fuerza y un torque de 450 Nm. Está asociado a una transmisión automática de seis velocidades, con tracción integral que incluye bloqueo de diferencial y control de frenado selectivo, facilitando un rendimiento eficiente tanto en caminos pavimentados como en terrenos difíciles.

En cuanto a precios, la versión LS se comercializa a aproximadamente 46.400 euros, mientras que la versión LSE tiene un valor cercano a los 49.500 euros, reflejando la alineación de la marca con los precios del mercado internacional.

Con más de cinco millones de unidades vendidas globalmente en sus más de 20 años de historia, la D-Max busca posicionarse entre las favoritas en un segmento que aún tiene como referentes a la Toyota Hilux y la Ford Ranger.

La llegada de esta camioneta es vista como una oportunidad para que los consumidores argentinos puedan acceder a un vehículo confiable, potente y versátil, capaz de cumplir con las exigencias tanto laborales como de aventura.

El mercado de pickups en Argentina siempre ha sido uno de los más dinámicos y competitivos en América del Sur. La recuperación de la marca Isuzu en este segmento pretende ofrecer una alternativa distinta, poniendo énfasis en la durabilidad y la eficiencia del motor, características que han sido la carta de presentación de la firma japonesa en diversas partes del mundo desde hace décadas.

Se espera que, con esta incorporación, la oferta de pickups en el país se enriquezca, beneficiando a los usuarios que buscan un vehículo resistente y de calidad.