Tras el devastador terremoto de magnitud 7.3 en Vanuatu, australianos regresan a su país mientras las labores de rescate continúan.
Australia ha comenzado a recibir de regreso a sus ciudadanos que habían sido afectados por el devastador terremoto de magnitud 7.3 que sacudió Vanuatu el pasado martes. Un total de 148 australianos realizaron el viaje de retorno en dos aeronaves de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF), las cuales también transportaron suministros y asistencia a la nación del Pacífico.
La ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, informó que estos ciudadanos habían viajado de vuelta a su país a bordo de dos aviones que habían sido enviados para brindar ayuda vital a Vanuatu.
La situación sobre el terreno se volvió crítica inmediatamente después del sismo, que dejó una estela de destrucción.
Con el aeropuerto de Vanuatu reabierto el miércoles por la tarde, varias unidades de ayuda y equipos de rescate australianos lograron aterrizar. Entre ellos se encontraban aviones C17 Globemaster y C130 Hercules, que transportaron a personal especializado en emergencias provenientes de los estados de Queensland y Nueva Gales del Sur.
La asignación de ayuda incluyó también integrantes de la Policía Federal Australiana, un equipo de respuesta a crisis y un grupo médico que se dispuso a prestar asistencia a los afectados.
El Jefe Superintendente Douglas May, encargado de la operación de rescate, comunicó que la prioridad esencial en estos momentos es rescatar a las personas que se encuentran atrapadas bajo los escombros de los edificios colapsados.
"Sabemos que hay vidas que deben ser salvadas ahora mismo", afirmó May.
Entre los centros de atención médica en Vanuatu, el principal hospital de la capital, el Vila Central Hospital, ha sufrido grandes daños. Se ha reportado que los pacientes tuvieron que ser trasladados a un campamento militar debido a la situación inestable del hospital. Según Clement Chipokolo, director de país en Vanuatu de la agencia de ayuda cristiana World Vision, los servicios de salud, ya débiles antes del terremoto, ahora se encuentran completamente abrumados.
Las cifras de víctimas confirmadas son alarmantes; la oficina de gestión de desastres del gobierno de Vanuatu reportó inicialmente 14 muertes, aunque horas más tarde, se revisó el número a 9 tras una verificación hecha por el hospital principal.
Este terremoto es uno de los más poderosos en afectar a la región en años recientes, recordando eventos similares ocurridos en el pasado, como el devastador terremoto de 2002 que también tocó las costas de Vanuatu.
Las ayudas humanitarias de rápida respuesta son cruciales para enfrentar esta crisis y se espera que continúen llegando más recursos y profesionales a la zona en los próximos días.
La comunidad internacional, junto a organizaciones no gubernamentales, está en la búsqueda de colaboraciones que puedan hacer una diferencia significativa en la vida de los afectados en este momento crítico.