Las aerolíneas Delta y United enfrentan acusaciones por vender asientos que supuestamente ofrecen vistas, pero en realidad están ubicados junto a paredes ciegas, generando un debate sobre prácticas comerciales engañosas en la industria aérea estadounidense.
Las aerolíneas estadounidenses Delta y United han sido objeto de denuncias por presuntamente vender asientos promocionados como con vistas a las ventanas, cuando en realidad estos asientos están situados junto a paredes ciegas que no ofrecen ningún tipo de vista.
La denuncia ha sido presentada en diferentes estados, Nueva York y California, por separado, pero ambas coinciden en la misma problemática que afecta a numerosos pasajeros.
Supuestamente, estas prácticas comerciales engañosas involucran a cientos de aviones de las flotas de Delta y United, específicamente en modelos como Boeing 737, 757 y Airbus A321.
Los denunciantes aseguran que en algunas filas, en la parte trasera de la cabina, las ventanas reales han sido reemplazadas por paneles ciegos, que ocultan los tubos de aire acondicionado, cableado eléctrico u otros componentes.
Sin embargo, estas aerolíneas venden estos asientos como si tuvieran vistas, cobrando un extra que puede llegar hasta 45 euros por asiento en vuelos nacionales y hasta 90 euros en rutas internacionales.
Según Casey Olbrantz, abogada del bufete Greenbaum Olbrantz que representa a uno de los pasajeros afectados, en una declaración al periódico Washington Post, estas aerolíneas han comercializado millones de asientos bajo la promesa de vistas que en realidad no existen.
La práctica ha permitido a Delta y United obtener beneficios adicionales, a costa de la confianza de los consumidores, que pagan un coste extra sin recibir lo prometido.
Supuestamente, uno de los casos más notorios es el de Nicholas Meyer, quien reservó un asiento con ventana en un vuelo de United y pagó aproximadamente 45 euros más por esta característica.
Cuando abordó, descubrió que la ventana era en realidad un panel ciego, sin vista alguna. Meyer ha decidido denunciar a la aerolínea y ha declarado que no es un caso aislado, ya que en su entorno cercano muchas otras personas han manifestado haber sufrido el mismo engaño.
Esta situación ha generado una creciente indignación entre los pasajeros, que consideran que estas prácticas son fraudulentas y vulneran sus derechos.
La denuncia también señala que esta estrategia comercial permite a las aerolíneas aumentar sus ingresos de manera poco ética, ya que venden asientos con la promesa de vistas que en realidad no existen.
La polémica ha puesto en evidencia la necesidad de una regulación más estricta en la industria aérea para evitar este tipo de engaños.
Presuntamente, la demanda también pone en duda la transparencia en la publicidad y las políticas de información al cliente, ya que en muchos casos los pasajeros solo descubren la realidad al momento de abordar y no tienen oportunidad de cancelar o modificar su compra.
La situación ha abierto un debate sobre la ética en la venta de servicios y la protección de los consumidores en el sector de la aviación.
Por último, algunos expertos consideran que este tipo de denuncias podrían motivar cambios en las normativas y en las prácticas comerciales, promoviendo mayor transparencia y honestidad en la oferta de servicios aerocomerciales.
Hasta el momento, Delta y United no han emitido declaraciones oficiales sobre las denuncias, pero se espera que en los próximos días se pronuncien al respecto para aclarar la situación y responder a las acusaciones de sus pasajeros.