A los 14 años, un adolescente australiano fundó una micronación en una isla no reclamada, generando controversia y debates sobre la legalidad y la soberanía en la era moderna.
La historia de Daniel Jackson, un joven australiano de 20 años, podría parecer sacada de un relato histórico o de una novela, pero en realidad ocurrió en pleno 2025.
Supuestamente, este adolescente logró fundar su propio país, llamado la República Libre de Verdis, aprovechando un vacío legal relacionado con territorios no reclamados tras la disolución de Yugoslavia hace más de 30 años.
Todo comenzó cuando, con apenas 14 años, Daniel y algunos amigos comenzaron a explorar ideas que podrían parecer irreverentes para su edad, pero que en su mente tenían un propósito serio: hacer algo diferente y desafiar los límites del derecho internacional.
Supuestamente, fue durante una excursión a una isla en la frontera entre Serbia y Croacia, que descubrieron un bosque en una tierra que, tras el fin de Yugoslavia, nunca fue formalmente reclamada por ningún país.
Según declaraciones que Daniel supuestamente brindó a medios internacionales, el joven afirmó: "Creemos que, por el derecho internacional, tenemos derecho a esa tierra, ya que nunca fue reclamado oficialmente.
Es una oportunidad que no podemos dejar pasar". La superficie de esta isla es aproximadamente 1,6 hectáreas, más grande que el Vaticano, y se encuentra en una zona donde las disputas territoriales aún son un tema delicado.
El 30 de mayo de 2025, en honor a la palabra latina 'viridis', que significa verde, Daniel y sus amigos proclamaron la creación de una micronación llamada la República Libre de Verdis.
La iniciativa, que en principio parecía una broma, fue ganando fuerza y reconocimiento en ciertos círculos en línea. Presuntamente, el joven y su equipo lograron diseñar una bandera, crear un pasaporte propio y establecer una estructura gubernamental, con ministros de distintas áreas como defensa, infraestructura y turismo.
Supuestamente, la comunidad internacional aún no ha reconocido oficialmente a la República Libre de Verdis, pero sus fundadores buscan la soberanía y el reconocimiento formal.
Sin embargo, la realidad para Daniel y su equipo no es sencilla. La supuesta micronación tiene problemas con Croacia, ya que en varias ocasiones han sido expulsados y se les ha prohibido ingresar a ese país, que supuestamente es un paso obligatorio para acceder a la isla.
Como resultado, Daniel vive actualmente en Inglaterra, donde afirma estar en "exilio".
Supuestamente, las medidas de seguridad en la isla incluyen cámaras y patrullas marítimas para evitar que otros países o autoridades puedan intervenir.
La bandera de Verdis, con colores que recuerdan a la bandera argentina, y el pasaporte propio, reflejan la intención de crear una identidad nacional independiente.
El joven líder y su vicepresidente, Hector Bowles, han declarado que su objetivo es que la comunidad internacional reconozca a la República Libre de Verdis como un Estado soberano.
Para ello, están promoviendo campañas de presión ciudadana, recaudando fondos y organizando actividades para volver a la isla en un futuro cercano.
Supuestamente, la historia de Daniel Jackson representa una muestra del espíritu emprendedor y la creatividad de las nuevas generaciones, que buscan desafiar las convenciones del derecho internacional en la era digital.
Aunque muchos consideran que su iniciativa es una forma de protesta o un experimento social, su historia abre un debate sobre los límites de la soberanía y la legalidad en el siglo XXI.