Desde su elección en 2013, el papa Francisco ha visitado varios países latinoamericanos, pero aún no ha regresado a su Argentina natal. La polarización política y los compromisos internacionales parecen ser las razones principales de su prolongada ausencia.

Desde que fue elegido pontífice en 2013, el papa Francisco ha realizado ocho viajes oficiales a diferentes países de Latinoamérica, pero hasta la fecha no ha regresado a su Argentina natal.

Esta ausencia ha generado un amplio debate en medios y entre la población, quienes se preguntan las razones detrás de su prolongada falta de visita al país donde nació y creció.

Aunque en varias ocasiones expresaba su deseo de volver, la realidad política y social del país parece haber sido un obstáculo importante para su regreso.

Durante sus primeros años como papa, Francisco visitó Brasil en 2013, Bolivia y Paraguay en 2015, y Chile en 2018, dejando en claro su interés por los países latinoamericanos, pero siempre evitando pasar por Argentina.

Cuando viajó a Roma en marzo de 2013 para participar en el cónclave que lo designaría como pontífice, solo llevaba una pequeña valija y un boleto de regreso, que nunca usó.

Desde entonces, no ha regresado, ni siquiera para recoger sus pertenencias o visitar a familiares cercanos.

Según expertos en sociología y política, la razón principal de esta ausencia tiene que ver con la polarización política que vive Argentina. La socióloga Sol Pietro, profesora en la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet, explica que “Argentina es un país con opiniones políticas muy polarizadas y, si Francisco venía, inevitablemente se vería envuelto en esa disputa”.

La situación política interna, marcada por enfrentamientos y divisiones, habría sido un motivo para que el papa optara por no visitar su tierra en estos años.

A pesar de no haber estado físicamente en Argentina, Francisco mantiene una fuerte conexión con su país. Diversos testimonios indican que lleva muy dentro las problemáticas argentinas. El padre Lorenzo ‘Toto’ de Vedia, párroco en una villa del barrio de Barracas, comentó a EFE que el papa siempre ha estado muy presente en su comunidad y en las instituciones argentinas con las que mantiene vínculos.

En ocasiones, envió videos y cartas en momentos importantes, demostrando su preocupación y compromiso.

El papa también ha mostrado su postura respecto a la situación social y política en Argentina. En un sermón en 2024, con motivo del décimo aniversario de su primer encuentro con movimientos populares en el Vaticano, criticó duramente al gobierno de Javier Milei por la violencia policial, diciendo: “El Gobierno en vez de pagar justicia social, pagó gas pimienta”.

Este comentario revela que, aunque prefiere mantenerse alejado de los conflictos internos, Francisco no ignora lo que sucede en su país.

A lo largo de su pontificado, Francisco ha tenido encuentros con todos los presidentes argentinos, en diferentes momentos de sus mandatos. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner fue la líder con quien más veces se reunió, en total siete ocasiones, algunas en países latinoamericanos y otras en el Vaticano.

En contraste, Mauricio Macri, del PRO, mantuvo un encuentro breve de apenas 22 minutos, considerado por algunos medios como frío y protocolar.

El apoyo y la cercanía que algunos presidentes han sentido con el papa Francisco contrastan con la complejidad política interna argentina. Sin embargo, la figura del pontífice sigue siendo un símbolo de orgullo para muchos argentinos, quienes valoran la influencia que su liderazgo tiene en la comunidad internacional.

La ausencia física en Argentina, en cambio, continúa siendo un tema de debate, reflejando las tensiones y desafíos que atraviesa la nación en su historia moderna.

En definitiva, la prolongada espera por la visita de Francisco a Argentina parece estar marcada por una combinación de factores políticos, sociales y personales, que muestran las dificultades de un país polarizado y en constante transformación.

Mientras tanto, el papa sigue siendo una figura que, desde la distancia, mantiene su compromiso con su tierra y sus compatriotas, aunque sin una fecha clara para su regreso.