Una investigación de las Naciones Unidas concluye que Israel ha llevado a cabo actos de genocidio en Gaza, señalando a sus principales líderes por incitar a estos crímenes, mientras Israel rechaza las acusaciones y denuncia una campaña política en su contra.
Una comisión de investigación de las Naciones Unidas informó el martes que Israel ha cometido crímenes de genocidio en Gaza, y que altos funcionarios israelíes, incluido el primer ministro Benjamin Netanyahu, presuntamente han incitado a la comisión de estos actos atroces.
La organización calificó las acciones israelíes como un ataque moral y jurídico a nivel mundial, sumando la voz de grupos internacionales de derechos humanos que ya habían expresado su preocupación por la gravedad de la situación.
La investigación, que supuestamente se basa en testimonios de víctimas, análisis de imágenes satelitales y documentos oficiales, revela que las fuerzas israelíes han llevado a cabo acciones que cumplen con la definición de genocidio según la Convención de la ONU de 1948, la cual fue creada en respuesta a la masacre de judíos por parte del régimen nazi en la Segunda Guerra Mundial.
La comisión afirmó que Israel ha cometido al menos cuatro de los cinco actos que conforman el genocidio: homicidio, daño grave a la integridad física o mental de los palestinos, imposición de condiciones de vida que buscan destruir parcial o totalmente a un grupo, y medidas destinadas a impedir nacimientos.
Supuestamente, entre las pruebas presentadas figuran declaraciones de víctimas y testigos, informes médicos, documentos verificados y análisis de imágenes por satélite desde el inicio del conflicto en octubre de 2023.
La investigación también señala que las declaraciones de Netanyahu y otros altos funcionarios israelíes contienen pruebas directas de una presunta intención genocida.
En una carta dirigida a las fuerzas armadas en noviembre de 2023, Netanyahu supuestamente comparó la operación en Gaza con una “guerra santa de aniquilación total”, lo que la comisión interpreta como una prueba de la voluntad de destruir al grupo palestino en su totalidad.
El informe cita también al exministro de Defensa Yoav Gallant, cuyo papel en la escalada del conflicto ha sido objeto de análisis. Sin embargo, tanto Netanyahu como Gallant no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios. Israel, por su parte, rechaza rotundamente las acusaciones y las califica de infundadas, alegando que la comisión de la ONU tiene una agenda política en contra de su Estado.
El embajador israelí en Ginebra, Daniel Meron, calificó el informe de “falso” y “escandaloso”, afirmando que fue elaborado por “aliados de Hamás” y que representa una desviación de su mandato.
Supuestamente, Israel también acusa a la comisión de manipular los hechos para justificar una narrativa que favorece a sus adversarios políticos en la región.
El gobierno israelí se negó a colaborar con la investigación, argumentando que las acusaciones carecen de fundamento y que buscan deslegitimar su derecho a defenderse.
La comunidad internacional, sin embargo, ha presionado para que la ONU utilice el término “genocidio” en sus informes oficiales, aunque oficialmente todavía no se ha hecho.
Mientras tanto, el conflicto en Gaza continúa con una violencia desmedida que ha causado la muerte de más de 64,000 personas, según cifras del Ministerio de Sanidad de Gaza, y ha provocado una crisis humanitaria de proporciones.
La población civil sufre escasez de alimentos, agua y atención médica, en medio de un bloqueo que supuestamente busca impedir el ingreso de ayuda humanitaria, pero que también ha sido criticado por organizaciones internacionales.
Este conflicto, que se remonta a décadas de tensión y enfrentamientos entre Israel y Palestina, ha sido escenario de múltiples crímenes y violaciones a los derechos humanos.
La comunidad internacional sigue dividida en sus posiciones, pero la evidencia presentada por la ONU y otros organismos internacionales ha puesto en jaque la narrativa oficial de Israel, que insiste en que sus acciones están justificadas por la necesidad de defenderse del terrorismo.
Ahora, la atención mundial está puesta en cómo la comunidad internacional responderá a estas acusaciones, y si la justicia logrará establecer responsabilidades en un conflicto que, según algunos analistas, podría marcar un antes y un después en la historia del Medio Oriente.
La situación en Gaza sigue siendo uno de los mayores desafíos para la paz y la estabilidad internacional, y la búsqueda de justicia y responsabilidad continúa siendo una prioridad para muchos países y organizaciones humanitarias.