Un accidente en la mina Amayapampa en Bolivia se cobra la vida de cinco mineros, generando alarma sobre las condiciones laborales en el sector minero del país.
Un fatal derrumbe en uno de los yacimientos más importantes de la región andina de Potosí ha provocado la trágica muerte de cinco mineros en Bolivia, según confirmó la policía local.
Hasta el momento, solo se han identificado oficialmente a dos de los fallecidos, mientras que las autoridades continúan con las labores de investigación y recuperación.
El incidente ocurrió en la víspera en la mina Amayapampa, ubicada en el municipio de Chayanta, a aproximadamente 300 kilómetros de la ciudad de Potosí.
Este yacimiento es uno de los mayores en Bolivia para la extracción de oro a cielo abierto, operado por la Corporación Minera de Bolivia, y ha sido clave en la economía regional durante décadas.
De acuerdo con el reporte policial, los cinco mineros fueron encontrados en el interior de la mina, con la causa de la muerte presuntamente relacionada con asfixia por aplastamiento.
Se presume que el cierre de una sección de la mina cedió repentinamente, atrapando a los trabajadores en un derrumbe. El comandante de la Policía de Potosí, Fernando Benítez, manifestó a los medios locales que la situación pudo haberse desencadenado por el colapso de algún tramo, lo cual es una problemática recurrente en las minas de Bolivia, especialmente en las cooperativas mineras que operan en condiciones mínimas de seguridad.
Las investigaciones preliminares indican que los cinco mineros no estaban empleados directamente por la empresa estatal, sino que participaban en actividades de búsqueda de oro autorizadas para la tradición conocida como 'Paqoma'.
Esta actividad se realiza en un período que comprende desde el 31 de julio hasta el 1 de agosto cada año, permitiendo a los buscadores de oro tradicionales explorar y explotar recursos en áreas marginales.
Tres de los fallecidos fueron trasladados a la morgue de una localidad cercana, mientras que los otros dos fueron retirados por sus familiares. Es importante destacar que en marzo pasado, en un incidente similar, otros cinco mineros murieron y dos resultaron heridos tras un derrumbe en un yacimiento en la región de La Paz, evidenciando la persistente peligrosidad del trabajo minero en Bolivia.
A nivel histórico, Bolivia ha sido uno de los países con mayor tradición minera en Sudamérica, con una historia que se remonta a la época colonial, cuando las minas de Potosí fueron famosas por su riqueza en plata.
Sin embargo, los problemas de seguridad laboral, la informalidad y las condiciones precarias siguen siendo un reto para el sector.
El sector minero en Bolivia está dividido entre el trabajo en minas estatales, el sector privado y las cooperativas autónomas. Estas últimas, que representan a un gran número de mineros informales, suelen explotar yacimientos marginales con condiciones laborales deficientes, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Además, la inhalación de gases tóxicos, los derrumbes y en menor medida las explosiones, son las principales causas de siniestralidad en la minería boliviana.
La tragedia en Amayapampa vuelve a poner en evidencia la urgente necesidad de fortalecer las medidas de seguridad y regulación en las minas del país, para evitar que hechos como este se repitan y proteger la vida de los trabajadores que arriesgan sus vidas en busca de oro y otros minerales fundamentales para la economía regional y nacional.