El presidente chileno anunció la nominación de la exmandataria Michelle Bachelet para liderar las Naciones Unidas, buscando un cambio en la historia de la organización y reflejar los avances de género en la política global.

Durante su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente chileno Gabriel Boric anunció una nominación que podría marcar un hito en la historia de la organización internacional.

Según supuestamente fuentes oficiales, Chile propondrá a Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile y destacada figura en el ámbito de los derechos humanos, como candidata a la Secretaría General de las Naciones Unidas.

Este anuncio llega en un momento en el que las Naciones Unidas buscan renovar su liderazgo y fortalecer su credibilidad frente a los desafíos globales actuales.

Desde su creación en 1945, la ONU ha tenido 9 secretarios generales, todos hombres, lo que supone 80 años sin que una mujer haya ocupado este cargo supremamente importante.

La propuesta de Boric pretende romper con esa tradición y promover una mayor inclusión de género en los puestos de liderazgo internacional.

Michelle Bachelet, quien fue presidenta de Chile en dos ocasiones, en 2006-2010 y 2014-2018, supuestamente ha sido vista como una figura que encarna los valores de la organización, combinando experiencia política con un compromiso firme en derechos humanos y justicia social.

Además, supuestamente su trayectoria incluye roles destacados en la ONU, como directora ejecutiva de ONU Mujeres y alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cargos que le brindan una visión global y una profunda comprensión de los problemas internacionales.

El presidente Boric expresó que, desde Chile, quieren contribuir activamente a los esfuerzos colectivos para enfrentar los desafíos mundiales. La nominación, que sería una propuesta formal en las próximas semanas, busca que la comunidad internacional reconozca en Bachelet una líder capaz de fortalecer la credibilidad de la ONU, actualmente enfrentada a múltiples crisis y críticas.

Supuestamente, la candidatura de Bachelet surge en un contexto donde la organización busca renovar su liderazgo y recuperar la confianza de los países miembros.

La actual Secretaría General, Antonio Guterres, fue reelegido en 2022 y permanecerá en el cargo hasta finales de 2026. La elección de una mujer para sucederlo marcaría un cambio histórico y un paso hacia una mayor igualdad de género en los altos cargos de la diplomacia internacional.

La trayectoria de Bachelet en el ámbito de los derechos humanos es ampliamente reconocida. Entre sus logros destacan su labor como ministra de Salud y Defensa en Chile, así como su trabajo en la lucha contra las desigualdades y en la protección de derechos fundamentales.

En 2010, fue nombrada por Ban Ki Moon, entonces secretario general, como la primera directora ejecutiva de ONU Mujeres, institución creada para promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres en todo el mundo.

Supuestamente, su liderazgo en ONU Mujeres y su labor como alta comisionada le permitieron denunciar casos de torturas, ejecuciones extrajudiciales y abusos por parte de diversos gobiernos, incluyendo Venezuela y China.

Su crítica a las violaciones de derechos humanos en el mundo, y en particular su denuncia sobre los abusos contra la etnia uigur en China, la han consolidado como una figura respetada en el ámbito internacional.

La posible candidatura de Michelle Bachelet no solo representa un avance en la inclusión de las mujeres en los cargos de liderazgo global, sino que también refleja el deseo de Chile de jugar un papel más destacado en la política internacional.

La nación sudamericana busca fortalecer su presencia en los foros mundiales y promover valores como la justicia, la equidad y los derechos humanos.

Finalmente, la nominación de Bachelet, si se concreta, sería un mensaje poderoso sobre la importancia del liderazgo femenino en tiempos de fragmentación y crisis global.

La comunidad internacional estará atenta a cómo evoluciona esta propuesta y si finalmente logra consolidarse como la primera mujer en dirigir la organización más influyente del mundo, una decisión que, según presuntamente expertos, podría transformar la percepción de la ONU y sus prioridades en los próximos años.